sábado, 20 de junio de 2009

FOTOS DESDE MI VENTANA. TIBIDABO Y AVIONES



Papa, vina, mira quin cel! (¡Papá, ven, mira que cielo!) grita mi hija de 16 años Andrea. Anochece y los dos estamos trabajando en el ordenador, cada uno en su habitación. Ambas están juntas y encaradas a la sierra de Collserola. Tengo la persiana semibajada, por lo que me acerco a su habitación. Tres aviones de pasajeros han dejado sus estelas que cuelgan suspendidas sobre el horizonte.

¡Venga papá, haz una foto para el blog!-me ordena más que sugiere.
Me da un poco de pereza. Sacar la cámara, el trípode…
¡Venga Paco, que luego te arrepientes si no haces la foto como explicas en aquella entrevista que te hicieron!
Mi sorpresa va en aumento. Creo recordar que nunca le he hablado de eso, aunque si es cierto que en una entrevista para Quesabesde que me hizo Núria Aguadé, el director la tituló con una frase mía Muchas veces no disparas por pereza y luego te arrepientes. Durante muchos años esta fue la primera entrada en Google cuando alquien tecleaba mi nombre. Ahora, por suerte, en primer lugar ya sale mi blog, pero la entrevista de Núria está en la cuarta posición.

Andrea tiene razón. Además, pensándolo bien, voy a exponer para el cielo por lo que no necesitaré el trípode. Pruebo primero con el 180 mm pero el plano es demasiado cerrado, con el 85 mm es perfecto. Me encanta la foto y me encanta la actitud de Andrea. Dos pares de ojos ven más que uno, y al fin y al cabo, el 80% de la fotografía es saber mirar; luego necesitamos de la técnica para plasmar esa mirada lo mejor posible.

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