martes, 30 de agosto de 2011

La educación de un nuevo gato



La etología, la ciencia que estudia el comportamiento animal siempre me ha fascinado. Hay estudios apasionantes hechos tras años de paciencia inmensa sobre el terreno. Una manera mucho más sencilla es observar las diferencias entre tus animales domésticos, en mi caso los gatos. El primero que tuve, un callejero atigrado llamado Nosé, siempre que podía se escapaba por la puerta. Mis dos persas, Canela y la fallecida Taca nunca cruzaron el umbral.

Dentro de las normas básicas hay una regla de oro. Nunca se les da comida cuando tú comes y, por supuesto, no pueden subir a la mesa. Con las dos persas fue muy fácil. Con Indy, el gatito recién llegado, me temo que será un largo y complicado proceso.






Luego sí, en la galería y sobre papeles de periódico pueden rebañar los huesos.



Mientras preparo la mesa y voy a buscar la comida he notado una disminución alarmante de las rebanadas de pan. El primer día fue un trozo de pechuga de pollo. Ahora he de estar muy, pero que muy vigilante.


4 comentarios:

  1. Hay gatos educables, y gatos que nunca se dejan educar. Yo creo que a estos últimos les gusta desafiar a sus amos.

    Por otro lado, una gata que "se nos acopló" hace unos meses ha parido 5 cachorritos hace apenas 4 semanas. Entre las 2 y 3 semanas de vida los gatitos han empezado a dar muestras de su carácter.

    Uno de ellos, el primero que abrió los ojos y que caminó a 4 patas sin arrastrar la barriga, es el más intrépido. Es un explorador nato, y bastante juguetón.

    El siguiente que los abrió y también caminó sin arrastrar la barriga parece muy lanzado, pero es un cobardica. De hecho es el único que camina marcha atrás. Cuando no está de expedición o jugando con un hermanito, no para de limpiarse las patas (tiene los deditos blancos).

    Hay otro que es el que más mama y por eso tiene algunos gramos de más. Camina bastante bien y tiene fuerza. Es menos intrépido que sus hermanos, y cuando no está buscando rincones o agujeros donde meterse, está durmiendo.

    Uno idéntico al anterior pero más delgado, nunca hace nada, sólo mira y mira. De vez en cuando juega con algún hermano, pero poco. Es bastante torpón caminando.

    Y por último el chiquitín, que por un problema de conjuntivitis siempre le costó abrir los ojos y ha mamado menos, quedándose más pequeño que los demás. Pero no por ello es el más débil, ya que es el que se muestra más agresivo con sus hermanos en los juegos y es bastante intrépido. Tiene respuestas más rápidas y nerviosas a los estímulos, y fue el primero en poder correr.

    No los voy a ver hasta el fin de semana, y seguro que habrán evolucionado bastante.

    Un saludo.

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  2. Monty Padura30/8/11

    ¡El poder de una rebanada de pan! ¡Nunca hubiera imaginado que se pudiera convertir en una pelota. Ay ese Indy Messi. Me parece de lo más trasto.
    ¡Ah y me encanta la crónica de los cinco gatitos y su nueva vida! Porfa, que nos tenga al día de su evolución.

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  3. Anónimo30/8/11

    Vaya, vaya, veo que se divierte con todo! hay que buscarle juguetitos! está en la edad en la que busca con qué divertirse y con qué juguetear, como siempre, me encantas lo que publicas, un saludo.
    Saludos desde el otro lado del Atlántico donde no cesa de llover....
    C

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  4. Monty, lo has acertado plenamente. Es un trasto.

    Santi, estupenda historia.A veces, si la gata no puede con todos abandona al más débil. A mi me pasó.Por suerte no parece que este sea el caso.

    ¿Aún sigue lloviendo amiga del otro lado del Atlántico? Espero que se acaben de una vez las lluvias.

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