sábado, 30 de junio de 2012
Fotos desde mi ventana. Más sobre la espera
Sigo dando vueltas a la historia de la espera. Creo que aunque podamos imaginarnos -o no- la historia de esta mujer, nunca sabremos la verdadera realidad. Por si puede ser de alguna utilidad os enseño dos fotos más.
¿Sirven para dar más pistas?
viernes, 29 de junio de 2012
La novela Un día de mayo. El inicio
Parte del inicio de la novela Un día de Mayo publicada recientemente en formato digital en Amazon. Este trozo es la continuación del desembarco de armas en Irlanda.
El día siguiente al desembarco de armas en la costa de Irlanda, a muchos kilómetros de allí y con veinte grados menos de temperatura, Lukovo Boskovic, absorto en sus pensamientos, contemplaba con una absoluta falta de entusiasmo el impresionante panorama que se abría ante sus ojos. El yugoslavo, apoyado en la barandilla de la terraza del restaurante Schilthorn, a 2.970 metros de altura, en el corazón de los Alpes suizos, no perdía de vista el teleférico que ascendía desde las profundidades del valle. Boscovic había recibido con profundo desagrado la notificación del lugar de la cita con el hombre al que esperaba. En dos ocasiones anteriores se reunieron en Zurich y Ginebra. El yugoslavo era un individuo sedentario, amante de los placeres de la buena vida. Los veinticinco kilos por encima del peso ideal para su metro setenta y cinco de estatura daban buena fe de ello.
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La cabina del teleférico llegó al final de su trayecto. Dos hombres se separaron del resto de esquiadores y se acercaron a Lukovo Boskovic. El más alto le saludó estrechándole la mano. Llevaba un conjunto de esquí rojo que se ceñía como un guante a su cuerpo, en el que no sobraba ni un gramo de grasa. Mostraba un intenso bronceado y sus dientes centellearon al sonreír al yugoslavo.
—¿A que viene esa cara? ¿No cree que este sitio es mucho más interesante que la aburrida Ginebra? — bromeó.
Boscovic y el esquiador alto tomaron asiento en una solitaria mesa junto a los ventanales del restaurante, mientras que el tercer hombre se apartaba discretamente. El eslavo pidió un plato de pasta, salchichas con salsa y una cerveza. Su acompañante encargó una ensalada, carne a la plancha y agua mineral. Entre bocado y bocado, repasaron a fondo la situación en la antigua Yugoslavia mientras la cabina del restaurante giraba a una velocidad casi inapreciable, pero constante. Se alzaba como un nido de águilas sobre una cumbre conocida como Piz Gloria. Años atrás había sido el escenario de uno de los filmes de James Bond: Al servicio secreto de su majestad.
—Este es el resguardo de la transferencia por el material suministrado, y aquí tiene la lista de nuestro nuevo pedido que, como observará, supera con creces al anterior. —dijo Boskovic entregándole la documentación.
—¡Estupendo! Por cierto, hay otro asunto del que quería hablarle —comentó el esquiador del conjunto rojo, que no había pedido postre, tras dar un sorbo a su café. —Me pregunto si podría facilitarme un hombre que pueda utilizar para cualquier cosa. Ya me entiende. Incluso para deshacerme de algún que otro entrometido.
El yugoslavo devoraba un pastel de chocolate cubierto de nata. Las ventanas se encaraban ahora a la mole de la Jungfrau y al pico del Eiger, el ogro en alemán. El irresistible atractivo de vencer la pared vertical de la cara norte de este último había resultado fatal para los más de cincuenta alpinistas que habían perdido la vida tratando de escalarlo.
—Conozco al tipo perfecto. Nos fue de gran utilidad en Kosovo. Es un tirador de élite y experto en explosivos. Incluso puede pilotar aviones. Si le paga bien hará lo que le pida sin rechistar.
—El dinero no es ningún problema. Pero ya tengo mi piloto particular —dijo señalando a su rubio acompañante, que acababa su copa de aguardiente en una mesa lejana sin perder nunca de vista a los dos hombres —. Es un francés de Grenoble que participó como piloto mercenario en alguna de las guerras africanas.
Se levantaron y se dirigieron al exterior del restaurante. El galo y el hombre de rojo recuperaron los esquís que habían dejado apoyados en la pared de madera del edificio. Se acercaron hasta el comienzo de la pista, que se desplomaba hasta las profundidades del valle. Lukovo Boscovic les siguió a pasitos cortos para evitar cualquier resbalón y firmemente asido a la barandilla.
Al borde del precipicio, allí donde el primer tramo del recorrido parecía tener una pendiente apta sólo para suicidas, el individuo del conjunto rojo se colocó los esquís y se dirigió al yugoslavo.
—Avíseme cuando llegue su hombre. Mi empresa está fuera de Barcelona. Enviaré a alguien a recogerlo al aeropuerto de El Prat.
—De acuerdo, pero… ¿no irán a bajar por ahí? —farfulló Boscovic.
—Qué aburrida sería la vida si no nos arriesgáramos de vez en cuando —dijo el esquiador, en lo que era toda una declaración de principios, antes de saltar sobre el muro helado y comenzar su vertiginoso descenso, seguido del francés de Grenoble.
PIZZ GLORIA. SUIZA
El día siguiente al desembarco de armas en la costa de Irlanda, a muchos kilómetros de allí y con veinte grados menos de temperatura, Lukovo Boskovic, absorto en sus pensamientos, contemplaba con una absoluta falta de entusiasmo el impresionante panorama que se abría ante sus ojos. El yugoslavo, apoyado en la barandilla de la terraza del restaurante Schilthorn, a 2.970 metros de altura, en el corazón de los Alpes suizos, no perdía de vista el teleférico que ascendía desde las profundidades del valle. Boscovic había recibido con profundo desagrado la notificación del lugar de la cita con el hombre al que esperaba. En dos ocasiones anteriores se reunieron en Zurich y Ginebra. El yugoslavo era un individuo sedentario, amante de los placeres de la buena vida. Los veinticinco kilos por encima del peso ideal para su metro setenta y cinco de estatura daban buena fe de ello.
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La cabina del teleférico llegó al final de su trayecto. Dos hombres se separaron del resto de esquiadores y se acercaron a Lukovo Boskovic. El más alto le saludó estrechándole la mano. Llevaba un conjunto de esquí rojo que se ceñía como un guante a su cuerpo, en el que no sobraba ni un gramo de grasa. Mostraba un intenso bronceado y sus dientes centellearon al sonreír al yugoslavo.
—¿A que viene esa cara? ¿No cree que este sitio es mucho más interesante que la aburrida Ginebra? — bromeó.
Boscovic y el esquiador alto tomaron asiento en una solitaria mesa junto a los ventanales del restaurante, mientras que el tercer hombre se apartaba discretamente. El eslavo pidió un plato de pasta, salchichas con salsa y una cerveza. Su acompañante encargó una ensalada, carne a la plancha y agua mineral. Entre bocado y bocado, repasaron a fondo la situación en la antigua Yugoslavia mientras la cabina del restaurante giraba a una velocidad casi inapreciable, pero constante. Se alzaba como un nido de águilas sobre una cumbre conocida como Piz Gloria. Años atrás había sido el escenario de uno de los filmes de James Bond: Al servicio secreto de su majestad.
—Este es el resguardo de la transferencia por el material suministrado, y aquí tiene la lista de nuestro nuevo pedido que, como observará, supera con creces al anterior. —dijo Boskovic entregándole la documentación.
—¡Estupendo! Por cierto, hay otro asunto del que quería hablarle —comentó el esquiador del conjunto rojo, que no había pedido postre, tras dar un sorbo a su café. —Me pregunto si podría facilitarme un hombre que pueda utilizar para cualquier cosa. Ya me entiende. Incluso para deshacerme de algún que otro entrometido.
El yugoslavo devoraba un pastel de chocolate cubierto de nata. Las ventanas se encaraban ahora a la mole de la Jungfrau y al pico del Eiger, el ogro en alemán. El irresistible atractivo de vencer la pared vertical de la cara norte de este último había resultado fatal para los más de cincuenta alpinistas que habían perdido la vida tratando de escalarlo.
—Conozco al tipo perfecto. Nos fue de gran utilidad en Kosovo. Es un tirador de élite y experto en explosivos. Incluso puede pilotar aviones. Si le paga bien hará lo que le pida sin rechistar.
—El dinero no es ningún problema. Pero ya tengo mi piloto particular —dijo señalando a su rubio acompañante, que acababa su copa de aguardiente en una mesa lejana sin perder nunca de vista a los dos hombres —. Es un francés de Grenoble que participó como piloto mercenario en alguna de las guerras africanas.
Se levantaron y se dirigieron al exterior del restaurante. El galo y el hombre de rojo recuperaron los esquís que habían dejado apoyados en la pared de madera del edificio. Se acercaron hasta el comienzo de la pista, que se desplomaba hasta las profundidades del valle. Lukovo Boscovic les siguió a pasitos cortos para evitar cualquier resbalón y firmemente asido a la barandilla.
Al borde del precipicio, allí donde el primer tramo del recorrido parecía tener una pendiente apta sólo para suicidas, el individuo del conjunto rojo se colocó los esquís y se dirigió al yugoslavo.
—Avíseme cuando llegue su hombre. Mi empresa está fuera de Barcelona. Enviaré a alguien a recogerlo al aeropuerto de El Prat.
—De acuerdo, pero… ¿no irán a bajar por ahí? —farfulló Boscovic.
—Qué aburrida sería la vida si no nos arriesgáramos de vez en cuando —dijo el esquiador, en lo que era toda una declaración de principios, antes de saltar sobre el muro helado y comenzar su vertiginoso descenso, seguido del francés de Grenoble.
jueves, 28 de junio de 2012
La costa de Bretaña. Barcos y puertos.
DOUARNENEZ. PETIT PORT
Si tuviera que elegir una sola palabra para relacionarla con Bretaña, elegiría mar. La segunda sería, sin lugar a dudas, costa. Para mí encierran la esencia de esta hermosa región francesa. La costa la dividiría en dos partes: la más amable, con sus puertecitos en los que nunca faltan los barcos, y la más salvaje, repleta de rocas, con poca gente, azotada por las olas y tempestades, refugio de aves marinas y que es la que más me seduce. Hoy voy ha mostraros la primera.
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DOUARNENEZ. PETIT PORT
Las condiciones del mar Atlántico, en el que abunda el viento y las olas, lo convierte en un paraíso para los surferos, como la playa de la Pointe de la Torche, en Penmarch.
Las embarcaciones buscan lugares seguros en dónde guarecerse. Y uno de los mejores es el estuario del río Odet, junto a Bénodet.
ESTUARIO DEL ODET
EL PUERTO PESQUERO DE LE GUILVINEC
En Bretaña se pesca el 30% de toda la producción francesa. Y el puerto bretón de Le Guivinec, en Finistère, es uno de los más importantes. Sobre las cuatro de la tarde regresan los pesqueros a puerto. Son tripulaciones avezadas a las duras condiciones del mar. A pesar de todo, cada año, hay algún barco que no regresa jamás.
Para los queráis acercaros a estos espectaculares parajes, lo tenéis muy fácil con el vuelo directo de Vueling Barcelona-Brest, y toda la información en la web www.vacaciones-bretana.com
Acabo este artículo con una foto de la punta de Saint Mathieu. Destaca por su importancia histórica: sobre ella se encuentra una abadía benedictina en ruinas, el faro de Saint-Mathieu, altura de 37 metros y visible a 29 millas, así como un monumento nacional a los caídos en el mar. Además está rodeado por búnkeres alemanes de la Segunda Guerra Mundial, contruidos para proteger la costa de la invasión por parte del ejército aliado
LA PUNTA Y EL FARO DE SAINT MATHIEU
miércoles, 27 de junio de 2012
RAPACES SOBRE BARCELONA
Donde se pueden ver aves rapaces en Barcelona.
Tras la discusión en el blog de Eva Huarte sobre la rapaz que fotografió os hago una buena recomendación para cuando acabe el verano.
De hecho, no exactamente sobre Barcelona sino sobre la sierra de Collserola, el pulmón verde de la ciudad. Cuando llega el otoño las aves migratorias del norte y centro de Europa se desplazan hasta las zonas cálidas del sur para pasar el invierno. La sierra de Collserola se encuentra en la ruta conocida como VIA LITORAL DE EMIGRACIÓN. Desde hace 20 años, desde el Turó de Magarola, un observatorio privilegiado, se realiza el seguimiento y control de las miles de rapaces que pasan durante los meses de Septiembre y Octubre. Todas las mañanas, desde el 13 de septiembre al 12 de Octubre, el pequeño observatorio está abierto a los visitantes que quieran gozar del espéctaculo. Es básico llevar prismáticos y allí encontraremos a ornitólogos del parque que nos ayudarán a identificar a todas las aves. Toda la información puede encontrarse en la web del parque http://www.parccollserola.net/
Tras la discusión en el blog de Eva Huarte sobre la rapaz que fotografió os hago una buena recomendación para cuando acabe el verano.
De hecho, no exactamente sobre Barcelona sino sobre la sierra de Collserola, el pulmón verde de la ciudad. Cuando llega el otoño las aves migratorias del norte y centro de Europa se desplazan hasta las zonas cálidas del sur para pasar el invierno. La sierra de Collserola se encuentra en la ruta conocida como VIA LITORAL DE EMIGRACIÓN. Desde hace 20 años, desde el Turó de Magarola, un observatorio privilegiado, se realiza el seguimiento y control de las miles de rapaces que pasan durante los meses de Septiembre y Octubre. Todas las mañanas, desde el 13 de septiembre al 12 de Octubre, el pequeño observatorio está abierto a los visitantes que quieran gozar del espéctaculo. Es básico llevar prismáticos y allí encontraremos a ornitólogos del parque que nos ayudarán a identificar a todas las aves. Toda la información puede encontrarse en la web del parque http://www.parccollserola.net/
Soy un enamorado de las rapaces (ver mi foto en Túnez) y es una manera estupenda de pasar la mañana. Es muy difícil hacer buenas fotos de las aves, porque aunque visibles con los prismáticos, no pasan cerca; hay que tener en cuenta que desde el observatorio vemos hasta el puerto de Barcelona, por un lado, y hasta Sant Llorenç de Munt y Montserrat por el otro. La última vez que estuve tuve suerte. Vi un montón de halcones abejeros, azores, cernícalos y hasta una espectacular batalla aérea entre un aguilucho lagunero y un gavilán, mucho más pequeño, justo encima de nosotros. Parecía un combate de la Segunda Guerra Mundial entre un caza y un bombardero.
Recorrido por Bretaña. Quimper y Dahut, la princesa devoradora de hombres
Quimper es una preciosa ciudad de unos setenta mil habitantes y la capital del departamento de Finistère. Y Dahut, "la devoradora de hombres", que tal vez es lo que os ha llamado más la atención, era la hija del rey Grandlon.
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Cuenta la leyenda, otra más, que la bella princesa-las princesas de leyenda son siempre bellas-se acostaba cada noche con un hombre diferente al que asesinaba al amanecer. El rey y su hija, habitaban en una ciudad construida sobre el mar, Ys. Pero una vez llegó un apuesto forastero que enamoró a la princesa. Al amanecer le pidió las llaves de la ciudad para poder contemplar su belleza desde fuera. La princesa lo hizo, aunque tuvo que robárselas a su padre que siempre dormía con ellas colgadas de su cuello. Pero el apuesto forastero, el "dark, tall stranger" de todas las novelas, era en realidad el diablo que al abrir las puertas de la ciudad hizo que la marea la inundara ahogando a todos sus habitantes. Sólo lograron escapar a caballo el rey, que llevaba a su hija Dahut con ella, y el obispo . Hubo un momento en que, debido al peso extra que transportaba el caballo del rey, la marea estaba ya a punto de alcanzarles. Entonces el obispo le pidió que se liberara del peso extra de su hija, algo a lo que el rey accedió, ahogándose la princesa.
Pero la leyenda continua y nos dice que la bella y asesina princesa se convirtió en sirena y continuó seduciendo a los marineros que acababan estrellándose contra las rocas. La bahía que oculta los restos de la ciudad sumergida de Ys se llama "La bahía de los muertos" (la baie des trépassés). Tranquilos, la visitaremos durante este viaje.
El rey Grandlon fundó entonces una nueva ciudad, esta vez tierra adentro, Quimper.
Podéis encontrar toda la información para visitar la zona en la web www.vacaciones-bretana.com
Pero la leyenda continua y nos dice que la bella y asesina princesa se convirtió en sirena y continuó seduciendo a los marineros que acababan estrellándose contra las rocas. La bahía que oculta los restos de la ciudad sumergida de Ys se llama "La bahía de los muertos" (la baie des trépassés). Tranquilos, la visitaremos durante este viaje.
El rey Grandlon fundó entonces una nueva ciudad, esta vez tierra adentro, Quimper.
Podéis encontrar toda la información para visitar la zona en la web www.vacaciones-bretana.com
ANTONIO ESPEJO. EL PODER DE LOS TELEOBJETIVOS 3.
UN EJEMPLO PRÁCTICO DE PROFUNDIDAD DE CAMPO Y DISTANCIA FOCAL. COMO USAR UN GRAN TELEOBJETIVO (IN ENGLISH)
Siguiendo con mi búsqueda de fotos espectaculares de Barcelona gracias al uso creativo de teleobjetivos, recordaba una foto que no podía pasar por alto. Era una imagen tomada por Antonio Espejo con un tele descomunal.
Espejo trabajó durante muchos años como fotógrafo de plantilla de El País y, al igual que Alguersuari, provenía del campo de la fotografía deportiva; debido a eso, era un experto en obtener el máximo rendimiento de las ópticas de larga distancia focal. Antonio estaba trabajando en un libro titulado “Barcelona de bat a bat” para la editorial Lunwerg. Tanto el servicio profesional de Nikon como el de Canon prestan ópticas especiales, durante un tiempo limitado, a los fótografos registrados en el club profesional. Espejo consiguió un verdadero “monstruo”: un teleobjetivo Canon de 1.200 mm. En la imagen, tomada desde las escaleras que conducen al MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya), aparecen las Torres Venecianas, el monumento central y el reloj del hotel Plaza, todo en Plaza España, y ya más lejos la escultura de Joan Miró “La Dona i l’Ocell” (La Mujer y el Pájaro). Para los que conocen Barcelona la imagen es sorprendente. Todo aparece en el mismo plano. Para los que no la conozcan tan bien me tomé la molestia de buscar las distancias en un plano de la ciudad. Pués bien, la escultura de Joan Miró se encuentra… ¡a 400 metros de las Torres Venecianas! Pero por el efecto de los teles (a mayor distancia focal mayor el efecto) de comprimir todos los planos el resultado es sorprendente.
El teleobjetivo empleado era un 1.200 mm de Canon valorado en... !120.000 $!. Los llamados objetivos “normales” (porque se aproximan a la visión humana) son de 50 mm, o sea que en este caso Espejo tomó la foto con una óptica de una distancia focal ¡veinticuatro veces mayor !
Decidí hacer una comparación utilizando diferentes distancias focales. Vivo muy cerca de Plaza España así que tomé mi trípode, una Nikon D80 y una bolsa llena de ópticas, y subí las escaleras que desde Plaza España llevan al MNAC. Desde allí hay una vista excepcional de Barcelona que he utilizado en numerosas ocasiones. Y estos son los resultados. Utilicé tres ópticas Nikon:un zoom 18-70, un 180 f:2,8 y un 300 f:4. En los pies de foto la distancia focal está multiplicada por el factor de conversión digital de 1,5 para poder compararlo con el teleojetivo de 1.200 mm que utilizó Antonio Espejo.
NIKKOR 105 mm
NIKKOR 270 mm
La foto de Antonio Espejo se enfrentaba a numerosos retos técnicos. Un teleobjetivo de esta distancia focal necesita que se dispare con una velocidad de obturación muy alta o sobre un trípode extremadamente sólido. Espejo me comentó que consiguió un trípode del Servicio Profesional de Canon que pesaba 15 kilos. El segundo reto era conseguir que todos los planos quedaran nítidos, lo que se llama PROFUNDIDAD DE CAMPO, que es la distancia entre el elemento más próximo y más lejano de la escena que aparecen nítidos en relación al punto que hemos enfocado. La profundidad de campo depende de tres factores, algunos controlables por un fotógrafo que trabaje en modo manual:
1) El diafragma. A medida que disminuye el diafragma (menor apertura por la que entra menos luz) aumenta la profundidad de campo.
2) La longitud focal de los objetivos. A mayor distancia focal menor profundidad de campo y viceversa.
3) La distancia. Es decir: la distancia entre la cámara y aquello que queremos fotografiar. A mayor distancia mayor profundidad y viceversa.
Para lograr que todos los planos resultaran enfocados Espejo tenía dos variables inamovibles, una positiva y una negativa. La positiva era que la distancia de toma era muy lejana. El primer elemento en su foto, las Torres Venecianas, estaba a algo menos de 700 metros desde el punto exacto desde donde se tomó la foto, según mis cálculos en el mapa de Barcelona. La otra variable inamovible y negativa era la enorme distancia focal de su teleobjetivo: 1200 mm.
Antonio sólo podía jugar con la tercera, el diafragma. Lo normal habría sido que cerrara el disfragma al máximo y disparara a la velocidad lenta correspondiente para que la foto quedara bien expuesta. Pero había un problema que me contó Espejo :” No podía disparar a una velocidad lenta porque, a pesar del trípode de 15 kilos, la distancia focal era descomunal y me habría salido la foto movida, así que opté por una solución intermedia:una velocidad alta y un diafragma intermedio para la película de diapositivas Velvia de 50 ASA.”
La foto está tomada en un día soleado (indispensable para este resultado) y a las 14 horas 8 minutos (Queda claro como lo sé, ¿verdad?).
El resultado final es fantástico. ¡Chapeau Antonio ¡
NIKKOR 270 mm
CONSIDERACIONES TÉCNICAS
La foto de Antonio Espejo se enfrentaba a numerosos retos técnicos. Un teleobjetivo de esta distancia focal necesita que se dispare con una velocidad de obturación muy alta o sobre un trípode extremadamente sólido. Espejo me comentó que consiguió un trípode del Servicio Profesional de Canon que pesaba 15 kilos. El segundo reto era conseguir que todos los planos quedaran nítidos, lo que se llama PROFUNDIDAD DE CAMPO, que es la distancia entre el elemento más próximo y más lejano de la escena que aparecen nítidos en relación al punto que hemos enfocado. La profundidad de campo depende de tres factores, algunos controlables por un fotógrafo que trabaje en modo manual:
1) El diafragma. A medida que disminuye el diafragma (menor apertura por la que entra menos luz) aumenta la profundidad de campo.
2) La longitud focal de los objetivos. A mayor distancia focal menor profundidad de campo y viceversa.
3) La distancia. Es decir: la distancia entre la cámara y aquello que queremos fotografiar. A mayor distancia mayor profundidad y viceversa.
Para lograr que todos los planos resultaran enfocados Espejo tenía dos variables inamovibles, una positiva y una negativa. La positiva era que la distancia de toma era muy lejana. El primer elemento en su foto, las Torres Venecianas, estaba a algo menos de 700 metros desde el punto exacto desde donde se tomó la foto, según mis cálculos en el mapa de Barcelona. La otra variable inamovible y negativa era la enorme distancia focal de su teleobjetivo: 1200 mm.
Antonio sólo podía jugar con la tercera, el diafragma. Lo normal habría sido que cerrara el disfragma al máximo y disparara a la velocidad lenta correspondiente para que la foto quedara bien expuesta. Pero había un problema que me contó Espejo :” No podía disparar a una velocidad lenta porque, a pesar del trípode de 15 kilos, la distancia focal era descomunal y me habría salido la foto movida, así que opté por una solución intermedia:una velocidad alta y un diafragma intermedio para la película de diapositivas Velvia de 50 ASA.”
La foto está tomada en un día soleado (indispensable para este resultado) y a las 14 horas 8 minutos (Queda claro como lo sé, ¿verdad?).
El resultado final es fantástico. ¡Chapeau Antonio ¡
martes, 26 de junio de 2012
Recorrido por Bretaña. Locronan, un pueblo de leyendas, druidas y películas.
Sigo mi recorrido por Bretaña. Ya definitivamente por la región de Finistère, en el sur. El protagonista es en esta ocasión el pueblo de Locronan, entre los más bellos de Francia con menos de 2.000 habitantes -tiene alrededor de 800- aunque con la llegada del buen tiempo suele recibir muchísimos turistas. Su belleza e impecable conservación-todas las líneas eléctricas y telefónicas son subterránes y no hay antenas de televisión a la vista-lo han convertido en el escenario de muchas películas como Tess, de Roman Polanski.
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TUMBA DE SAN RONAN
Una de sus principales atracciones es la tumba de San Ronan, en la pequeña catedral del mismo nombre, de estilo gótico-flamíjero, construida entre 1.420 y 1.450. El santo era originario de Irlanda y sobre él circulan gran cantidad de leyendas. La más conocida es la de que tres obispos se disputaban el enterrar el cuerpo en sus diocesis y finalemente colocaron el cuerpo del santo en una carreta de bueyes dejando que estos emprendieran el camino al azar. Lo hicieron, pero se dirigieron a Locronan donde al fin fue enterrado el santo bretón. Antes había sido acusado de hombre lobo por una mujer llamada Keban. Cuando apareció la carreta con los bueyes que transportaban el cuerpo de San Ronan, Keban golpeó en la cabeza a uno de los animales con una de las tablas de madera sobre la que lavaba la ropa en el río. El buey perdió uno de sus cuernos que, al caer a tierra, ocasionó un profundo agujero que engulló a la mujer que pereció sepultada en él.
También se cuenta que 4.000 años antes de Cristo, el lugar en donde se asentaría Locronan era uno de los lugares de druidas más importantes y uno de los más altos, a 300 metros sobre el nivel del mar. Durante la Edad Media hubo una importa migración de británicos, sobre todo de la zona de Cornualles, galeses e Irlandeses católicos que se establecieron en Bretaña, y también en otros lugares como Asturias y Galicia.
LA CATEDRAL DE SAN RONAN
Locronan fue un población muy rica en los siglos XVI, XVII y XVIII, sobre todo por el cultivo, confección y venta de lino y cañamo con el que se fabricaban velas navales. Uno de cuyos principales clientes era la Armada Española. Un negocio que se vino abajo tras la derrota de las marinas de guerra española y francesa ante los británicos en la batalla de Trafalgar.
CAPILLA DE LA BON NOUVELLE. SIGLO XVI
Como veréis por las fotos, Locronan es un pueblo delicioso en el que parece que no haya pasado el tiempo y por el que vale la pena perderse un buen rato.
Podéis encontrar toda la información relativa a la zona en la web www.vacaciones-bretana.com
lunes, 25 de junio de 2012
Recorrido por Bretaña. Huelgoat y la leyenda de Pantagruel
Inicio la semana escribiendo sobre Bretaña de donde he vuelto cargado de fotos y sensaciones como las experimentadas en el bosque de Huelgoat. Me encanta Bretaña, mezcla el buen hacer francés en la conservación de sus valores patrimoniales y naturales con una fuerte identidad propia. Sus espectaculares escenarios costeros me recuerdan mucho a otros lugares de cultura celta como Galicia, Irlanda, Gales o parajes ingleses como Cornualles.
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Como podéis ver por las fotos estaba nublado y lloviznaba, y al no ser un festivo pude disfrutar de Huelgoat casi en soledad. Como muchos otros lugares de Bretaña tiene una leyenda. El gigante Pantagruel enfadado porque los pobres habitantes de la zona casi no disponían de alimentos para saciar su voraz apetito, se lanzó a tirar piedras a diestro y siniestro formando este bosque repleto de peñascos.
Una explicación más científica atribuye su formación a una erupción volcánica subterránea que hizo que el magma se quedara a una cincuentena de metros de la superficie formando las rocas que aparecieron a medida que la erosión las ponía al descubierto sin la tierra que las ocultaba. Dentro de otros millones de años, su aspecto será como la de esta roca bautizada como "El Champiñón".
Antiguamente fue una zona minera en la que se extraía plata y plomo, de ahí el nombre del río que atraviesa el bosque de Huelgoat, "Rivière d'argent (Río de plata)".
Y otra curiosidad, el bisabuelo de uno de los padres de la "Beat generation", Jack Kerouac, que escribió el texto del libro "The americans" de Robert Frank, era de Huelgoat, pero emigró a Estados Unidos tras dejar encinta a la criada de la familia.
LA RIVIÈRE D'ARGENT
INFORMACIONES ÚTILES
Vueling acaba de inaugurar un vuelo diario de Barcelona a Brest lo que hace muy cómodo el desplazamiento a Bretaña tras una hora y media de vuelo. Para más información en www.vacaciones-bretana.com.Y aquí tenéis la página en Facebook de Oeste de Francia.
NUEVA ARQUITECTURA EN BARCELONA. HABITACIÓN CON VISTAS
Nueva arquitectura en Barcelona. Edificio del Gas Natural y Torre Agbar.
SEDE DE GAS NATURAL
SEDE DE GAS NATURALSEDE DE GAS NATURAL
Cuando acabé bachillerato me matriculé en la Facultad de Arquitectura de Barcelona. Me gustaba la imagen del arquitecto trabajando en casa dibujando planos sobre una mesa espectacular. La realidad fue un completo desastre. No tenía ninguna aptitud para dar volumen a las dos dimensiones dibujadas en los planos lo que a la larga, tal vez, es bueno para la fotografía que consiste en representar la realidad tridimensional en dos. Pero sólo duré un año en Arquitectura. De todas maneras, disfruto con este tipo de encargos. Me tomo mi tiempo, busco la mejor luz, coloco la cámara en el trípode y disparo sin prisas. Muy diferente de los chorros de adrenalina que recibes durante un reportaje de acción, pero no está mal.
La sede de Gas Natural centraliza el suministro (y cobro) del gas y la electricidad que consumimos. Cuanto más alto subimos más ejecutivos importantes tienen allí sus despachos y salas de reuniones, y mejores son las vistas.
SEDE DE GAS NATURALSEDE DE GAS NATURAL
Hace un tiempo fotografié la nueva sede de Gas Natural en Barcelona para el Magazine de Vanguardia. Es una obra de los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue.
Cuando acabé bachillerato me matriculé en la Facultad de Arquitectura de Barcelona. Me gustaba la imagen del arquitecto trabajando en casa dibujando planos sobre una mesa espectacular. La realidad fue un completo desastre. No tenía ninguna aptitud para dar volumen a las dos dimensiones dibujadas en los planos lo que a la larga, tal vez, es bueno para la fotografía que consiste en representar la realidad tridimensional en dos. Pero sólo duré un año en Arquitectura. De todas maneras, disfruto con este tipo de encargos. Me tomo mi tiempo, busco la mejor luz, coloco la cámara en el trípode y disparo sin prisas. Muy diferente de los chorros de adrenalina que recibes durante un reportaje de acción, pero no está mal.
La sede de Gas Natural centraliza el suministro (y cobro) del gas y la electricidad que consumimos. Cuanto más alto subimos más ejecutivos importantes tienen allí sus despachos y salas de reuniones, y mejores son las vistas.
Antes también había fotografiado la Torre Agbar del arquitecto Jean Nouvel para el Magazine de Vanguardia. La Torre es la sede de Aguas de Barcelona y la relación altura-importancia de los ejecutivos-vistas es la misma que en la sede de Gas Natural. El edificio se ha convertido en una parte fundamental del skyline de Barcelona, pero preferí fotografiarlo desde la calle Consell de Cent con un tele de 300mm que con el factor de conversión de mi Nikon digital se convirtió en un 450 mm.
domingo, 24 de junio de 2012
EL PODER DE LOS TELEOBJETIVOS 2.
BARCELONA, IMÁGENES SORPRENDENTES TOMADAS CON TELEOBJETIVOS
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
COLON MONUMENT AND TIBIDABO CHURCH. CANON TELE LENS 600 mm.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
SAGRADA FAMILIA CHURCH. CANON TELE LENS 600 mm.
Buscaba imágenes relevantes tomadas con teleobjetivos, que no tuvieran que ver con deportes ni con noticias. Enseguida me acordé de Jay Maisel y sus espectaculares fotos de New York; no en vano lleva la friolera de 45 años fotografiando la ciudad de los rascacielos. Pero decidí buscar ejemplos más cercanos y hablar de José María Alguersuari. Este fotógrafo barcelonés provenía de la fotografía deportiva, y fue uno de los pioneros en utilizar teles de larga distancia focal y gran apertura. Sin embargo, al dejar el deporte por un tipo de fotografía más genérica, aplicó su conocimiento de las ópticas de larga distancia focal para lograr fotos creativas con visiones sorprendentes. Alguersuari ya tomó, entre finales de los 80 y principio de los 90, para el Magazine de La Vanguardia, estas imágenes de Colón, el Tibidabo y la Sagrada Familia, aprovechando el efecto de los teleobjetivos de comprimir los diferentes planos y aproximar el fondo.
TORRE AGBAR. ZOOM CANON 35-350 ZOOM (CONVERSION FACTOR 1,6)
José María sigue trabajando y una muestra es la foto de la torre Agbar tomada hace unos año.
Alguersuari también escribe sobre fotografía y ha publicado dos libros: “Álbum de fotografía práctica” y el divertido y reciente “Diarios de Fotografía y…alguna motocicleta” que se puede encontrar en la librería Kowasa de Barcelona.
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