Quimper es una preciosa ciudad de unos setenta mil habitantes y la capital del departamento de Finistère. Y
Dahut, "la devoradora de hombres", que tal vez es lo que os ha llamado más la atención, era la
hija del rey Grandlon.
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Cuenta la leyenda, otra más, que
la bella princesa-las princesas de leyenda son siempre bellas-
se acostaba cada noche con un hombre diferente al que asesinaba al amanecer. El rey y su hija, habitaban en una ciudad construida sobre el mar, Ys. Pero una vez llegó un apuesto forastero que enamoró a la princesa. Al amanecer le pidió las llaves de la ciudad para poder contemplar su belleza desde fuera. La princesa lo hizo, aunque tuvo que robárselas a su padre que siempre dormía con ellas colgadas de su cuello. Pero
el apuesto forastero, el "dark, tall stranger" de todas las novelas,
era en realidad el diablo que al abrir las puertas de la ciudad hizo que la marea la inundara ahogando a todos sus habitantes. Sólo lograron escapar a caballo el rey, que llevaba a su hija Dahut con ella, y el obispo . Hubo un momento en que, debido al peso extra que transportaba el caballo del rey, la marea estaba ya a punto de alcanzarles. Entonces el obispo le pidió que se liberara del peso extra de su hija, algo a lo que el rey accedió, ahogándose la princesa.
Pero la leyenda continua y nos dice que
la bella y asesina princesa se convirtió en sirena y continuó seduciendo a los marineros que acababan estrellándose contra las rocas.
La bahía que oculta los restos de la ciudad sumergida de Ys se llama "La bahía de los muertos" (la baie des trépassés). Tranquilos, la visitaremos durante este viaje.
El rey Grandlon fundó entonces una nueva ciudad, esta vez tierra adentro, Quimper.
Podéis encontrar toda la información para visitar la zona en la web www.vacaciones-bretana.com
Qué magníficas fotografías, qué magnífico lugar y qué magníficas leyendas! Paco, me estás acostumbrando a leerte como si leyera Las Mil y Una Noches... Y me he reído, de nuevo el obispo... la bella y malísima princesa, al agua, sólo se salvan ellos... Y anda que el rey, obedeciendo al obispo y tirando a su hija al agua... sin comentarios, pero ¿cómo se reprodujo la población sin damas? :))
ResponderEliminarNo quiero que se acabe ésta serie de posts dedicados a la Bretagne, cada día tengo más ganas de ir, y leerte convertido en un pequeño Sheretzade...
Gracias Paco!
De la misma manera que una golondrina no hace verano,Eva, me imagino que la población se siguió reproduciendo gracias a las otras damas, restando los hombres que se iba cargando la princesa diariamente.
EliminarLas imágenes me recuerdan mucho a la zona de La Rochelle, aunque allí no me topé con ninguna princesa asesina :D
ResponderEliminarEs el Oeste de Francia y tienen mucho en común, Pau. No te toparías con princesas asesinas, pero te recordarían el terrible asedio de la Rochelle a manos de los ejércitos del Cardenal Richelieu que se saldó con miles y miles de muertos.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSmall world Hugo! ¡Qué casualidad y que interesante!
EliminarHola Paco! Estoy descubriendo tú blog y tú trabajo gracias al FB, y claro, vaya sorpresa que me he llevado porque (y aquí me tienes que disculpar), no conocía tú inmensa obra. Pero claro, ahora estoy a tiempo para remediarlo!
ResponderEliminarTe he 'enlazado' a mi espacio, el 'GUS PLANET BLOG' para que pueda visitarte más seguido y disfrutar de tús crónicas e imágenes...
Saludos!
Hola Gus,
EliminarMuchas gracias por tus comentarios.En tu país hay un fotógrafo que creó escuela en el nuestro, Carlos Bosch, toda una referencia. Ahora ya de vuelta en Buenos Aires.
Cielo amenazador, fotografía segura. (Nuevo refrán)
ResponderEliminarLa bretaña francesa siempre la tengo pendiente en una libreta de sueños por realizar con la calma y el tiempo necesario que requiere.
Un abrazo
Me gusta tu refrán, Jan.Yo añadiría Cielo amenazador y sol, fotografía segura.Bretaña se merece una visita.
EliminarUn abrazo