En la novela "Un día de mayo" que transcurre en 1992 el protagonista, el periodista freelance Marc Altés, reflexionaba sobre la crisis de la prensa.
La profesión de periodista freelance es dura. Es estupenda cuando todo va bien, pero no tanto cuando las periódicas crisis económicas azotan al mundo de la prensa. Las causas son tan variadas como el menú de un restaurante. Los puntos bajos de los ciclos económicos constituyen una de ellas. También, cada año el presupuesto se agota a mediados de otoño, por lo que se cierra el grifo, intentando que el 31 de diciembre la desviación entre el gasto previsto y el real sea la menor posible, aunque baje el nivel de los contenidos de la publicación, por no poder financiar ni comprar reportajes de una calidad aceptable. El papel es un clásico. Hay momentos en los que parece que todo funciona bien, es decir: aumentan el PIB y la tasa de crecimiento. Suben las ventas de los periódicos. Baja el paro. Se reduce la inflación y el turismo bate récords históricos. Entonces, a la pregunta de a qué se deben las caras sombrías, responden: ‹‹Es el papel››. La materia básica para la prensa escrita sufre ciclos muy relacionados con las multinacionales que dominan el mercado, en alguno de los cuáles se encarece considerablemente. La publicidad no falta nunca a su cita. De repente circulan misteriosos comunicados internos tales como: ‹‹La publicidad ha caído un siete por ciento con respecto al año pasado. Por consiguiente, ya que no se pueden tocar los sueldos, hay que reducir gastos internos y colaboraciones››. En estos casos, la redacción se enroca en una defensa siciliana en espera de tiempos mejores, dejando fuera y abandonados a su suerte a los colaboradores freelance. Altés sabía que eran las reglas del juego y las aceptaba.
No quiero ni pensar cuáles serían las reflexiones de Marc Altés 20 años después, en 2012. "Ya que no se pueden tocar los sueldos..." ¡Hay que ver cómo ha cambiado toda la situación!
¿Qué opináis?
"Un día de mayo" está disponible en formato digital en Amazon al precio de 2,98 Euros.
Mal no, lo siguiente, hoy he leído que 8.000 periodistas han perdido su trabajo desde el inicio de la crisis :(
ResponderEliminar¡Qué fuerte!
EliminarEfectivamente la profesión de free lance es arriesgada. Estas bien metido en un par de revistas y un periódico y de pronto, amén de las razones expuestas de papel y publicidad, en una revista cambia el director o el redactor jefe y ya no te quiere de la noche a la mañana, prefiere a un amigo o es el director de fotografía que encuentra tus fotos "poco modernas".
ResponderEliminarMarc Altés, como ahora se ha demostrado, se quejaba de vicio. Hace veinte años había muchas salidas. Nunca faltaba trabajo. ¿Que diría ahora?.
Marc Altés hace veinte años se quejaba de vicio.
ResponderEliminarLa profesión de free lance siempre ha sido arriesgada, pero eres libre, independiente. Antes trabajabas lo que querías. Claro que amén de los problemas de papel y publicidad había otros. Estabas bien metido en tres o cuatro medios y, de la noche a la mañana, cambiaba el director o el redactor jefe o el de fotografía y ya no le gustabas, se traía un amigo.
Pero enseguida encontrabas otra revista o periódico. Y el 99% pagaban.
Ahora si que está la cosa jodida.
Pués diría eso, me temo. Que la cosa está jodida.
EliminarTecnológicamente, este futuro que debería vivir el Sr. Altés parece ser mejor en cuanto a la fotografía se refiere. Pero en el apartado del trabajo y la valoración del mismo en el ámbito donde el se movería, es penoso. Si entonces se quejaba... ¿que haría hoy?
ResponderEliminarHace veinte años nunca me dejaron de pagar nada. Hoy me deben en diferentes países.
Un abrazo
Marc Altés tendría muchas más cosas que contar hoy en día.
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