¿Qué tienen algunas fotos que nos llegan directamente al corazón? Se me ocurren muchas consideraciones en torno a esta imagen de Júlia Badenes (@juliabadenes en Twitter) . Intentaré exponerlas de forma ordenada evitando acabar en los Cerros de Úbeda, algo bastante habitual en mí.
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Lo primero decir que conozco a Júlia ya que fue alumna mía en la asignatura de Fotoperiodismo que doy en la Universidad Pompeu Fabra. Sacó una de las mejores notas y después me alegré mucho de oírla en la Cadena Ser. Hace un año aproximadamente tomamos un café y me contó que dejaba el trabajo de la SER y se iba a trabajar de freelance a Sudáfrica junto a su compañero, establecido allá, Xavier Aldekoa con el que tuve la suerte de colaborar en el reportaje de Sudáfrica publicado en Magazine de Vanguardia.
Es una decisión muy valiente -ahí es nada dejar un trabajo fijo en la SER- aunque los trabajos fijos de ahora, con la nueva ley de empleo, ya no son los de antes, y la SER prepara un ERE para después de verano. También es una decisión muy vocacional, porque trabajar de freelance hoy en día no es nada fácil. Sólo hay que leer lo que opina al respecto Marc Altés en la novela “Un día de mayo”.
El caso en que Xavier y Júlia viajan juntos por África, escribiendo, haciendo fotos, colaborando en televisiones, radios… Y fue en la capital de Somalia, Mogadiscio, en donde Júlia tomó la foto sobre la que escribo hoy. Fue el 6 de agosto, justo un año después de la retirada de Al Shabab. La madre y su hijo estaban haciendo cola para una visita rutinaria en un hospital. Es un instante que nos atrapa a todos. Una foto que entra muy dentro de nuestros corazones, porque hay un resquicio para la esperanza en ese destello de felicidad entre madre e hijo. “Me pareció que reflejaba lo que quiere ser esta nueva Somalia” explica Júlia. Es un espíritu del que Sebastiao Salgado también escribía mostrando una foto suya de una niña africana sonriendo:”Lo mejor que posee África no se lo pueden robar. Su alegría de vivir”.
Otro hecho que me gustaría remarcar y del que escribí hace poco es la importancia de las redes sociales para difundir contenidos. Xavier Aldekoa (@xavieraldekoa en Twitter) lo sabe. Tiene una cuenta en Twitter con 4.500 seguidores y a través de ella difundió la foto de Júlia. El resultado fue que la foto tuvo 757 retweets y 174 la consideraron favorita. Explicaba que mis dos tweets sobre la entrevista a Gina Tost en el Periódico se habían retuiteado 10 veces y habían llegado a unas 35.000 personas.
¡Imaginad lo que son 757 retweets! ¡Una pasada!
Y para finalizar me acabo de dar cuenta que este post podría pertenecer, con Júlia Badenes como protagonista, a “La rebelión de los jóvenes periodistas”. Sin ir más lejos, Júlia es compañera generacional y universitaria de Raül Calabria, en quién me inspiré para comenzar dicha serie.
Es una decisión muy valiente -ahí es nada dejar un trabajo fijo en la SER- aunque los trabajos fijos de ahora, con la nueva ley de empleo, ya no son los de antes, y la SER prepara un ERE para después de verano. También es una decisión muy vocacional, porque trabajar de freelance hoy en día no es nada fácil. Sólo hay que leer lo que opina al respecto Marc Altés en la novela “Un día de mayo”.
El caso en que Xavier y Júlia viajan juntos por África, escribiendo, haciendo fotos, colaborando en televisiones, radios… Y fue en la capital de Somalia, Mogadiscio, en donde Júlia tomó la foto sobre la que escribo hoy. Fue el 6 de agosto, justo un año después de la retirada de Al Shabab. La madre y su hijo estaban haciendo cola para una visita rutinaria en un hospital. Es un instante que nos atrapa a todos. Una foto que entra muy dentro de nuestros corazones, porque hay un resquicio para la esperanza en ese destello de felicidad entre madre e hijo. “Me pareció que reflejaba lo que quiere ser esta nueva Somalia” explica Júlia. Es un espíritu del que Sebastiao Salgado también escribía mostrando una foto suya de una niña africana sonriendo:”Lo mejor que posee África no se lo pueden robar. Su alegría de vivir”.
Otro hecho que me gustaría remarcar y del que escribí hace poco es la importancia de las redes sociales para difundir contenidos. Xavier Aldekoa (@xavieraldekoa en Twitter) lo sabe. Tiene una cuenta en Twitter con 4.500 seguidores y a través de ella difundió la foto de Júlia. El resultado fue que la foto tuvo 757 retweets y 174 la consideraron favorita. Explicaba que mis dos tweets sobre la entrevista a Gina Tost en el Periódico se habían retuiteado 10 veces y habían llegado a unas 35.000 personas.
¡Imaginad lo que son 757 retweets! ¡Una pasada!
Y para finalizar me acabo de dar cuenta que este post podría pertenecer, con Júlia Badenes como protagonista, a “La rebelión de los jóvenes periodistas”. Sin ir más lejos, Júlia es compañera generacional y universitaria de Raül Calabria, en quién me inspiré para comenzar dicha serie.
No me extraña que tuviera tanto éxito la foto, es estupenda, muy emocionante.
ResponderEliminarEs sencillamente una gran imagen y como bien dices refleja muy bien como son estas gentes, son alegres y con ganas de vivir con dignidad.
ResponderEliminarÁfrica es un reto. Una ilusión para definir trabajos y un futuro por vivir por lo que supone los cambios que se producirán en el continente.
ResponderEliminarAl valor de Julia, hay que añadir la inquietud de la persona que por encima de cualquier reflexión le hace hacer aquello que necesita para estar bien consigo mismo y con su profesión.
Un abrazo
Lo que hacemos a otros nos lo hacemos a nosotros mismos. La #Humanidad es UNA, la separación es una ilusión que permite a Humanos dañar a Humanos mientras nosotros volteamos la cara.
ResponderEliminarPues ha llegado la hora de responsabilizarnos por lo que nuestros gobiernos hacen
Estas cosas son las que nos hacen adorar esta maldita profesión.
ResponderEliminarEs una foto emocionante Pau, refleja muy bien como son esas gentes y las inquietudes de las que escribes, Jan, son básicas.Y JR, momentos como estos compensan muchos otros.
ResponderEliminarSencillamente maravillosa ,
ResponderEliminarCreo que es más hipnótica la sonrisa de la madre que la del niño (si cabe).
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