EL CUENTO DEL ZAPATERO

Érase una vez un zapatero. Se había casado hacía seis años con una hermosa mujer.Tenía una bonita tienda, bien situada, con varios empleados, todos de la familia de su esposa. Se consideraba muy afortunado porque ella tenía muchos pretendientes, pero lo eligió a él. Ella accedió al matrimonio con una condición: cada cuatro años tendría una cena con todos sus pretendientes, y si no estaba satisfecha con su marido podría divorciarse y quedarse con alguno de sus antiguos admiradores que la deseaban aún más, si cabe, que cuando ella se casó .

Hacía unos pocos años la tienda había empezado a ir mal. Era culpa de la crisis, la gente compraba mucho menos y el zapatero se dio cuenta de que gastaba más de lo que ingresaba. Todo el mundo decía que tenía buen talante y no le gustaba dar malas noticias, por lo que no le contó nada a su mujer. Cuando esta le preguntaba como iba todo, el zapatero le decía que a pesar de que las cosas no iban tan bien como antes, empezaban a mejorar. "Están apareciendo ya brotes verdes" le dijo.
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Aunque vivían muy bien, era gracias al crédito: tenían una hipoteca a 30 años y varios préstamos personales. Pero la situación empeoraba y se gastó los pocos ahorros que tenían. Faltaba menos de dos años para la cena de su mujer con los pretendientes y temía que si le daba las malas noticias ella pudiera dejarlo.

Empezó a financiarse con las tarjetas de crédito y con el descubierto bancario hasta que un día vio que le había llegado el recibo de la luz devuelto por el banco. Se fue a entrevistar con el director y éste consultó su cuenta. “Tiene un descubierto de 600 euros” le dijo. “Pero, eso no es nada” le repondió el zapatero, "llevo muchos años trabajando con esta entidad." “Lo siento mucho” le respondió el director. “La crisis también nos está afectando a nosotros. Cada vez hay más morosos y tenemos órdenes de la oficina central de devolver facturas cuando haya descubiertos”.

El pobre zapatero no durmió aquella noche, pero decidió no decirle nada a su mujer e ir trampeando, esperando a que la coyuntura mejorara y pasara la cena con los pretendientes. Después le quedarían cuatro años para arreglar la situación. El zapatero sacó todo el dinero que le quedaba, a plazo, de sus tarjetas de crédito. El mes siguiente ya no tendría nada. Volvió al banco a pedir un préstamo, pero se lo denegaron.Se había quedado sin opciones,no tenía más remedio que afrontar la dura realidad.

Al día siguiente, a la hora del desayuno, se lo explicó todo a su mujer y le contó lo que iba a hacer.”No puedo despedir a los empleados porque son familiares tuyos, pero les reduciré el sueldo un 5% y se lo congelaré el año que viene. Nos venderemos el apartamento de la costa y los dos coches. Dejaremos de salir a cenar fuera de casa. Este verano no iremos de vacaciones. El año que viene sacaremos a nuestros hijos del colegio privado y los matricularemos en una escuela pública. Lo siento mucho cariño, no hay otra solución, pero saldremos adelante. Entre todos podremos".

¿Os suena? ¿Cómo creéis que acabará la historia?