Esta historia y la foto del libro de ruta en el que está anotado el transporte del General Franco con el que comenzaba el golpe de estado militar del 18 de julio de 1936 aparece en el libro
"La Segunda República española. Fotos para la historia" de la editorial
Lunwerg.
No siempre tiene uno la oportunidad de haber conocido a alguien protagonista de una acción decisiva en la historia de nuestro país.
En Febrero de 1983 a acompañé a Londres al periodista Xavier Vinader para entrevistar al capitán Bepp, el piloto que
trasladó a Franco desde Canarias hasta Marruecos en donde se inició el golpe militar contra la República.
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Cecil William-Harry Bepp, era entonces un anciano de avanzada edad, que vivía en el condado de Surrey en compañía de sus dos perros tras haber enviudado hacía 10 años. En una estantería guardaba una foto del general Franco con una dedicatoria de su puño y letra que decía: “Al capitán C.W.Bepp, piloto del avión que me trasladó de Canarias a Tetuán, con el recuerdo de tan trascendente viaje. F.Franco 20-2-57”
Según nos contó Bepp, fue la última vez que visitó España. Y en esa ocasión Franco le impuso la medalla del mérito aeronáutico. También nos relató que le contactaron en Londres el corresponsal de ABC, Luis Bolín, según Bepp el cerebro de la operación, y Juan de la Cierva.
Le dijeron que transportaría a un jefe rifeño, y para disfrazar el vuelo como un viaje de placer, a bordo de su avión De Havilland Dragon Rapide de la compañía Olley, embarcaron 6 personas. Entre ellas había dos mujeres inglesas, Diana Pollard y Dorothy Watson que no conocían el verdadero significado del viaje.
En Canarias resultó que no había ningún jefe rifeño sino el general Franco.
Una vez completada la misión tras depositar a
Franco en Tetuán, éste
le ordenó que cargara su avión con bombas y bombardeara Madrid. Bepp se negó, alegando que sólo tendría combustible para la idea, pero no para regresar sano y salvo a Marruecos. Pero los que le habían contratado aún tenían otro encargo para él.
Voló a Biarritz en donde recogió al financiero más importante de España, Juan March, también implicado en el golpe de estado, para trasladarlo a Mallorca. Sin embargo, el Dragon Rapid hizo escala para repostar en Perpignan y allí las autoridades francesas los detuvieron, desmontaron las hélices del aeroplano y enviaron a Juan March a París. La diplomacia inglesa consiguió que liberaran al británico y lo repatriaron a su país.
El capitán Bepp nos confesó que siempre había tenido mucho recelo en airear la historia porque temía represalias por parte de simpatizantes de los republicanos españoles.
El antiguo piloto me dejó reproducir fotográficamente los detalles del libro de ruta remarcando que era la primera vez que accedía ello.
Muy interesante Paco, menudo documento histórico...
ResponderEliminarImpresionante, Paco. A qué gente se conoce siendo fotógrafo...
ResponderEliminarInteresante documento histórico. La Guerra Civil nos ha marcado duranrte muchos años y algunos siguen empeñados en seguir la senda del "Caudillo". Ay señor. Seguramente porque todavía respiran aquel reguero de que a los que estuvieron con Franco nunca les faltó de nada.
ResponderEliminarBueno, es la primera vez en mi vida que habría deseado un accidente aéreo sin supervivientes, quizá hubiese cambiado de alguna manera los acontecimientos posteriores.
ResponderEliminarUn saludo Paco.
Paco, excelente retrato de ambiente, el BN le sienta bien. Y la historia que cuentas, fantástica.
ResponderEliminarFelicitaciones!
Los periodistas a veces tenemos la suerte o la desgracia de formar parte de la historia. Simbólicamente narramos lo acontecido y cuando lo hacemos sin faltar a la verdad crecemos como personas.
ResponderEliminarUn abrazo
A eso me refería también, Jan. Por suerte o por desgracia.
EliminarUn abrazo
escelente relato Paco la vida seguramente hubiera sido muy diferente sin ese viaje
ResponderEliminarFelicitaciones
Seguramente, pero lo del golpe...; me imagino que tarde o temprano lo habría intentado otro.
Eliminar¡Magnífica historia! Me ha hecho pensar en tantas aventuras de pilotos como Exupéry, Angel... Sólo por éstos documentos y fotos vale la pena tener tu libro de la República... tanto que se está proclamando de nuevo... A saber, la vida da tantas vueltas... Y vaya honor el tuyo fotografiar por primera vez éste documento, Paco! ¿Lo publicaste en algún sitio antes del libro?
ResponderEliminarFelicitats!
Si Eva, en Interviú. Ya casi no me acordaba
Eliminary no le hicisteis la pregunta del millón: ¿lo hubieras vuelto a hacer vistas las consecuencias? me muero de curiosidad
ResponderEliminarYa no me acuerdo Cristian. pero seguro que Xavier Vinader, el periodista a quién acompañaba, lo hizo.
EliminarGran document Paco, però després de conèixer el desenllaç de la història, que aquest home encara tingui una fotografia emmarcada i dedicada en una estaria de casa seva, d'un dictador sanguinari i genocida... no sé que dir-te... francament em produeix molta tristesa.
ResponderEliminarcarlotta betbesé
Un parell de coses Carlotta. Fa molt temps d'aquest reportatge i podria ser que tragués d’un calaix tant el “Flying book” com el retrat d’en Franco.
EliminarTambé el Captain Bebb va morir ja fa molts anys.
Encara que entenc perfectament el que dius.
Conocia la historia pero no también contada como tu lo has hecho, con lo que el libro debe de ser de lo más interesante, demás acompñado de fotogafías.
ResponderEliminarLo que más asombrada me ha dejado, y demuestra la "cabeza" que tenia el "susodicho" que cogió el abión, es lo de la orden de bombardear Madrid, ¡¡¡que locura!!, bueno como todo lo que siguió, pero solamente el hecho de esa orden cuando estaba empezando es cuanto menos, ¡¡macabro!!.
Maribel
A mí una de las cosas que más me alucinaron fue esa: "¡Y ahora, de paso, bombardea Madrid! ¡CIELOS!"
EliminarPerdón por la grrafal falta que he escrito, ¡¡que despiste!!, me he dado cuenta al momento, pero ya no tenia "solución", el avión me sobre vuela mi cabeza.
ResponderEliminarMaribel
Te pasa como a mí, muchas veces.La doy tan rápido al Enter que no me doy cuenta de las faltas hasta que lo veo en el Diario.
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