Fotos desde mi ventana. Como fotografiar rayos

También podría haber titulado el post "Lo que no hay que hacer si quieres fotografiar rayos". Aunque en teoría pueda parecer sencillo, no es fácil fotografiar rayos o relámpagos. Por lo menos yo no tengo demasiada suerte. Explicaba en el post de ayer que para mi serie de la ventana sólo había fotografiado  rayos en una ocasión, cuando inicié el blog, hace ya tres años y medio. Una de las razones es que en ese período no he coincidido casi nunca con tormentas con gran aparato eléctrico, porque hubo pocas o no estaba en casa en el momento en que se produjeron. La técnica consiste en colocar la cámara en un trípode y hacer una exposición larga, esperando que ese tiempo se produzca un relámpago o, aún mejor, varios.

Leer el resto del artículo ...

Esta vez me despertaron los truenos. Miré el reloj: eran las cinco de la madrugada y se oía llover con fuerza. Decidí levantarme a echar un vistazo. Los que hayáis visto el programa de televisión Fotografies, sabréis que, a pesar del título de mi serie, suelo hacer las fotos desde una pequeña terraza. Pero esta vez era inviable porque me habría mojado y también la cámara. Llovía demasiado. Opté por utilizar la ventana de mi dormitorio con una visión más restringida pero protegida. Decidí hacer fotos de la lluvia, utilicé una Nikon D90 con un 85 mm f:1,8 y un monopié. Disparé a 1/50, f:2 y a un ISO 1.600.

Fue entonces cuando decidir intentar “cazar” algún relámpago. Estos son los pasos que dí:

1) Cambié la óptica por un zoom 18-55. Para fotografiar los rayos necesitaba un gran angular.

2) Cambié el monopié por un trípode Gitzo.

3) Cerré la puerta de mi habitación. Al levantarme mis dos gatos me habían seguido. Son muy curiosos y alguno podría intentar encaramarse a la ventana con el peligro que representa y la molestia a la hora de hacer fotos. No sería la primera vez. Ni la segunda.

4) Ajusté el ISO a 200, hice una medición con el fotómetro en modo matricial y puse la velocidad de obturación más lenta posible: 30 segundos, y me correspondió un diafragma f: 11. Utilicé el disparador retardado. Lo tenía en 8 segundos, el tiempo que suelo utilizar cuando me autoretrato con amigos, y no quería perder el tiempo en cambiarlo. Con prisas, de noche y  buscando en el menú no es demasiado fácil.

5) Tomé unas cuantas fotos en las que durante los 30 segundos no cayó ningún rayo. Eché un vistazo a la pantalla y no me gustó el color. Tenía el balance de blancos en automático y lo cambié a incandescente, mucho mejor.

6) En la siguiente toma cayó un buen rayo. Comprobé la pantalla y el aumento de luz había hecho que el cielo quedara sobrexpuesto sin verse el rayo. Como suelo disparar en raw esperaba poder obscurecer el cielo lo suficiente después en Photoshop, en jpeg no habría podido. Para que no me volviera a pasar subexpuse dos diafragmas. Así el cielo no me quedaría sobrexpuesto. Bueno, podría fotografiar más rayos, pensé. ¡Craso error!

7) A partir de ahí entré en una terrible racha de mala suerte. Hubo como cinco rayos que coincidieron con los 8 segundos de retardo antes del disparo. Parecía que tenían un ritmo y yo estaba fuera de él. No pasaba nada en los 30 seguntos en que el obturador estaba abierto, y sí en el intemedio de los 8 segundos. Lo ideal habría sido utilizar un cable disparador, pero no lo tenía muy a mano y no era cuestión de buscarlo a las cinco de la madrugada mientras la tormenta eléctrica se iba con la música a otra parte. Cambié el temporizador de 8 a 2 segundos. Tendría que haberlo hecho mucho antes.

8) Cazé otro rayo, o eso creí. Sólo aparecía el cielo iluminado (es la foto con la que inicio el post). Entonces me di cuenta que tenía el zoom en la posición de 35 mm en la que abarcaba poco cielo. Lo cambié a la posición de 18 mm.

9) Otro golpe de mala suerte. Vi un rayo casi horizontal precioso-con el angular había cambiado a formato horizontal- pero en los 2 segundos de retardo del disparador automático. No podía creer en mi mala suerte. Y eso fue todo. Dejó de llover y se acabaron los relámpagos.

10) Me fui a dormir y al día siguiente revelé el raw del rayo con Adobe DNG Converter y pude oscurecer el cielo lo suficiente para que se viera bien el relámpago que, por cierto, cayó muy cerca de casa.

Al final sólo conseguí una foto, pero más vale pájaro en mano que ciento volando.

Por lo menos el madrugón no fue en balde ¿No os parece?