Lo escribía la semana pasada cuando comentaba el artículo de Maruja Torres en el País Semanal “En estos momentos de confusión y desmantelamiento del estado de bienestar hay que estar muy atentos a los pensadores que pueden guiarnos en estos tiempos convulsos”. A veces encuentro artículos sobre temas que me indignan, tan bien escritos y con tanta fuerza que me siento con la obligación de compartirlos.
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Javier Marías, para mi también otro de esos pensadores de referencia en estos tiempos terribles, escribía en su sección del País Semanal, “La zona fantasma”, del domigo 18 de marzo, un artículo titulado “Pobre perdona a rico”. Destaco algunos fragmentos:
Uno de los momentos más temibles en la historia de cualquier país se produce cuando a la gente empiezan a parecerle aceptables o incluso normales medidas o leyes que son completamente anómalas y de todo punto inaceptables. Suelen aparecer poco a poco, luego se van acelerando. Las primeras nunca resultan muy graves -aunque sean injustas, arbitrarias y sin sentido-, y por eso casi nadie se rebela. Pero cuesta creer que a estas alturas no sepamos que después de esas primeras vendrán otras peores, y que por eso hay que denunciar aquéllas, por inocuas que parezcan, y no consentirlas.
Hace no mucho, el Gobierno del PP ha hecho uno de esos anuncios anómalos e inaceptables ante el que escasas voces se han alzado. Como es sabido, las diferentes Administraciones (Gobierno central, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos) acumulan una deuda comercial de unos 40.000 millones de euros con sus proveedores, entre los cuales destacan los farmacéuticos por el ruido que han armado. 40.000 millones, uno se pregunta cómo se ha podido llegar impunemente a semejante cifra. Por “impunemente” quiero decir que a cualquier particular que debiera el 0,0001 % de esa suma se lo multaría o embargaría, o, como mínimo, dejaría de abastecérselo. No hablemos ya si la deuda fuera con Hacienda: ésta se abalanzaría sobre el moroso sin tardanza, si echara en falta el pago de 40.000 euros, y además le cargaría intereses. Pues bien, el Gobierno de Rajoy ha anunciado, como si fuera normal o aceptable, que cobrarán antes -parte de lo que se les adeuda- aquellos proveedores que renuncien a cobrar parte de lo que se les debe, es decir, quienes “perdonen deuda”.
Veamos cómo es el proceso: usted les adelanta a las Administraciones unos servicios, un material, unas prestaciones, un trabajo, unos medicamentos o lo que sea, gracias a los cuales los responsables de esas instituciones presumen de su beneficencia y de su eficacia ante los ciudadanos y se ganan sus votos. Usted, de hecho, está financiando o sufragando a esas instituciones, sólo que nadie lo sabe porque éstas lo ocultan y se cuelgan todas las medallas. Llega un momento en que usted, su negocio, su empresa, están ahogados y al borde de la quiebra, o ya en ella. No pueden seguir adelantando trabajo o provisiones indefinidamente. No pueden subvencionar, a título particular, a quienes además no se lo agradecen ni lo hacen saber a la sociedad. La sociedad sólo se entera cuando la magnitud de la deuda resulta inasumible para esas Administraciones morosas. Y lo único que a éstas se les ocurre es que usted, para cobrar “al menos” parte de lo que se le debe, renuncie para siempre a cobrar otra parte… de lo que ya ha dado o proporciona.
Más o menos en consonancia con esto, el Ministro Montoro ha declarado con su vocezuela que “las autonomías somos todos” y que por tanto no hay que culparlas de sus deudas y déficits descomunales. Como la gran mayoría de ellas llevan tiempo regidas por el PP, le conviene que nadie las culpe. Pero ni usted ni yo hemos celebrado fastos innecesarios sin cuento: ni visitas del Papa ni carreras de Fórmula -1 ni veinte días seguidos de mascletàs, ni hemos construido aeropuertos sin aviones, o televisiones ruinosas, ni le hemos soltado dinero a raudales a una red de corrupción llamada Gürtel. Al señor Montoro hay que contestarle que, si las Comunidades Autónomas somos todos, no todos somos los que malgastamos sus fondos ni contraemos sus deudas injustificables. Eso lo hacen individuos con nombre propio que al parecer no responden de sus ineptas o fraudulentas acciones y omisiones. Va siendo hora de que sí respondan.
Como también le decía a Maruja Torres, ¡Bravo Javier Marías y gracias!
El grado de desfachatez e incompetencia de quienes nos han gobernado y nos gobiernan es de tal magnitud que haría honor a una generosa mención en la historia. Hemos creado un sistema que no solo permite sinó que promueve el ascenso de los estupidos a los puestos mas destacados de los órganos de decisión, de modo que hoy solo quedan allí mediocres incapaces de enfrentar la realidad de las cosas y que se limitan a responder diligentes a las "indicaciones" de la oligarquía financiera.
ResponderEliminarEsa gente (esta gente), no han gobernado; se han corrido una inmensa farra a nuestra costa y a la de todo un país. Gobernar es otra cosa.
No podría estar más de acuerdo contigo.
EliminarMmm... me da la impresión de que los recortes son totalmente necesarios. Pero se están equivocando en dónde meter la tijera. Donde se debe empezar a ser austero es por arriba, no por abajo.
ResponderEliminar¿Se están equivocando, Nacho? ¿O lo disimulan?
EliminarDesgraciadamente no veo solución a los problemas diarios de mucha gente mientras los ricos y poderosos muevan los hilos de nuestra sociedad. Mi deseo a corto plazo es que la Huelga General del próximo día 29 sea un éxito, la cual cosa no lo tengo muy claro porque el paro debería ser potente y contundente, pero no lo será por culpa de los mismos ciudadanos de a pie que son en definitiva la mayoría de la población. El pobre será pobre hasta el fin de los días... Un saludo.
ResponderEliminarUn panorama negro,nego, Manuel.
EliminarEs realmente de "cómic"; Si renuncias a una parte de la deuda tienes derecho a cobrar la otra parte. Me recuerda a Groucho Marx con "la primera parte contratante de la segunda parte..." Así deberían empezar los Bancos, perdonando las "deudas" de todo lo que han robado a través de préstamos e hipotecas, además del tiempo. Vamos a perdonarnos todos y a empezar de cero. Anulando Bancos gobiernos e instituciones innecesarias con todos sus vampiros dentro. Y creo que a eso vamos, la sociedad va reaccionando, perdiendo el miedo. Y hagamos o no hagamos, ellos solitos ya han caído en sus propias trampas, y tienen los días contados. Aunque suene a cómic también. Lo iremos viendo y lo seguiremos hablando, pero sobretodo, vamos a pasarlo bien viéndolos caer. Y lo veremos. Me recuerda los tiempos de "la caída del imperio romano"
ResponderEliminarTienes razón Eva, recuerda a lo de "la primera parte contratante..."Es cómico.
EliminarVeo que sigues con tu optimismo de que tienen los días contados. yo no lo veo tan claro.
Sí, se merece un gran Bravo!!!!
ResponderEliminar¡Por supuesto!
EliminarCuando veo lo que le costó al preso más antiguo de España salir de la cárcel, y al "Sr" Matas, no ir a la carcel por que no hay riesgo de fuga.....
ResponderEliminarCuando escucho al trabajador que le recortan todos sus derechos decir que no va a la huelga, porque es una huelga política......
me digo, vaya mierda de país vivimos.
Por cierto, el 29 YO PARO!!!!!
También pienso lo mismo. Menudo país.
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