Es la impresión que me dio. Una especie de mascarón de proa oteando el horizonte desde la proa de un navío. Claro que en realidad podría ser, como yo, otro miembro del club de "La ventana indiscreta", aunque en este caso sería más bien de "La azotea indiscreta".
Vi la imagen al llegar a casa y abrir la ventana. Aunque intuía que la óptica buena sería el 180 mm, fui a buscar la cámara a toda velocidad y disparé con la optica que llevaba puesta, un 18 mm-55 mm. Entonces fui a buscar el tele de 180 mm, pero cuando llegué "el mascarón de proa" se había esfumado. La imagen final está reencuadrada.
Eso es lo que tiene de bueno "Fotos desde mi ventana": la cotidianidad. Debió sentirse observada, ella que estaba "observando", pues descender por esas escaleras no se hace en un pispás. Cabe la posibilidad de que se escondiera...y que el observador fuera observado. En fin, es una buena historia, la foto y la "subfoto".
ResponderEliminarCreo que te vió y cuando quisiste cambiar el objetivo se puso la capa de invisibilidad de Harry Potter. Mirar con prismáticos ya es el descaro total, con la cámara hay una excusa. Y, el mascarón de proa, es seguidor tuyo?
ResponderEliminarJoer Paco que soy vecino tuyo!!! un día de estos me sacas en calzoncillos... por decir algo...
ResponderEliminarMonty, creo que miraba directamente a tu "antigua ventana".
ResponderEliminarNo había pensado en lo de la capa invisible, Joana. Tal vez.
Ya sabes Albert, vigila siempre antes de hacer algo que quieras ocultat. Nunca se sabe.