martes, 4 de enero de 2011

DE PASEO POR OSLO. PRIMERA PARTE



Antes viajaba mucho más. A lo largo de todo el año. Ahora lo hago menos por diversas razones: la crisis de la prensa impresa, que ha hecho que cambie los viajes por clases y conferencias, y también razones familiares. Me queda el final de la primavera y el verano, libre ya de las obligaciones docentes. Pero de todas maneras aprovecho viajes ya realizados por estas épocas invernales, aunque en otros años. Nos vamos a Oslo a repasar que han dado de sí las fiestas navideñas.


OSLO EN FIESTAS.


Las pocas horas de luz, adornadas en ocasiones por un sol dorado, que sólo se atreve a asomarse someramente sobre las colinas que enmarcan el fiordo de Oslo, no arredran en absoluto a los habitantes de la capital noruega, que aprovechan estas fiestas invernales para lanzarse a la calle . Oslo resplandece bajo los millares de luces que la iluminan. Es la hora de las compras, de los reencuentros con familiares y amigos, en recuerdo de la antigua fiesta pagana del solsticio de invierno, que marcaba el paso de la oscuridad a la luz de la primavera y verano. En estas fechas la capital vikinga se convierte en una ciudad bulliciosa y desbordante de vida. El centro comercial Paléet desemboca en la amplia plaza Eidsvolls, delimitada en sus extremos por el Teatro Nacional y el Parlamento. En el centro de esta, una pista de hielo iluminada permanentemente por focos de luz artificial, hace las delicias de los patinadores infantiles y también de sus padres.



Partiendo de la plaza y hasta alcanzar la Estación Central discurre la calle peatonal de Karl Johans , llena a rebosar. Por esta arteria solía pasear diariamente Henrik Ibsen hasta el Grand Café, que conserva aún toda su tradición de antaño.




EL GRAN CAFÉ

El centro de Oslo es de un tamaño asequible para el caminante, por lo que desde allí , atravesando la plaza Eidsvolls, llegaremos hasta el edificio del Ayuntamiento, construido en 1950 con claras influencias de la arquitectura soviética de la época.



A un tiro de piedra se encuentra el puerto, con la fortaleza medieval de Akershus vigilante sobre el fiordo. En la orilla opuesta vemos que Oslo se ha sumado también a la tendencia en boga y ha convertido sus antiguos astilleros en un paseo junto al mar que alberga teatros, cines, restaurantes, pubs, bares y tiendas y que se conoce por el nombre de Aker Brygge.




Toda la información para hacer turismo en Noruega: Como llegar y moverse, donde alojarse, donde ir, que hacer y toda serie de datos lo encontraréis en la página oficial de Turismo de Noruega.

10 comentarios:

  1. No está nada mal esto de levantarse paseando por Oslo. He estado en diferentes épocas del año en la capital noruega y la única diferencia es la cantidad de ropa que lleva la gente. Lejos de quedarse en sus casas por las temperaturas adversas, los noruegos saben disfrutar de sus calles todo el año.
    Por cierto, espectacular luz en la última foto, también en la del Ayuntamiento.

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  2. Invita, esa luz de la que nos hablas, al recogimiento hogareño. Una luz cálida que hace resplandecer las ventanas en medio de la oscuridad o el resplandor tintineante de la lumbre de una chimenea hogareña. Quizás la Navidad tenga en esas estampas que han pasado por tu retina, la estética entrañable de la Navidad en nuesto hemisferio norte.

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  3. la luz de la última es acollunant!!
    Oslo me queda por descubrir. Bon any Paco!!

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  4. La luz de la última fotografía es de una belleza espectacular. Me gustan mucho, también, las dos anteriores. No conozco Oslo, pero sí otras ciudades noruegas, como Bergen, que me cautivó con sus casas de madera y su naturaleza.

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  5. Cuanto más arriba, mejores tonos y mejor temperatura del color.
    Noruega es un país recomendable para la óptica de cualquier fotógrafo.
    Una entrada que invita a reconsiderar nuestros destinos mas próximos.
    Un abrazo

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  6. Anónimo4/1/11

    Todos comentan lo de la luz y es verdad, es una luz preciosa que lo reflejan muy bien tus fotos, pués son practicamente reales.
    Apertas
    Maribel

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  7. Todos coincidís en lo de la luz. Los fotógrafos somos buscadores de luz. Algunas veces la encontramos y otras no. Y cuando está ahí se trata de aprovecharla con la técnica adecuada. En este caso, la película era diapositiva Velvia, medir muy cuidadosamante la luz, mediante el fotómetro en modo puntual, sobre el casco iluminado del barco.

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  8. Anónimo11/1/11

    Ahora te toca venir a Suecia:) / Katrin

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  9. Esperaré a que haga menos frío Katrin. ¿En verano?

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