SOBRE LA VISIÓN DEL FOTÓGRAFO Y LA PROFESIÓN

FOTO: MANEL ARMENGOL

La carta de Alguersuari me hizo reflexionar y acordarme de muchas cosas que quiero compartir aquí con vosotros. Y para ilustrar este artículo me viene que ni de perlas la foto que me tomó Manel Armengol el año pasado mientras hacía fotos en la galería Vàlid Foto.
Esta imagen me viene que ni pintada cuando intento explicar a mis alumnos en que consiste “el ojo de fotógrafo”. Tal vez me repita hasta la saciedad, pero los cambios tecnológicos han hecho que tomar fotos sea mucho más fácil que en el pasado. Y ahora, más que nunca, la misión del fotógrafo es sorprender con sus imágenes. Y esta es un ejemplo perfecto. Manel expuso para el fondo consiguiendo este efecto de silueta. Además consiguió captar la luz del autofoco que sólo aparece durante un par de segundos. Es resultado es esta imagen espléndida, diferente y original. Enseguida llama la atención.

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MONGOLIA 1979

Vamos ahora con un par de jugosas anécdotas, de cariz totalmente opuesto, aunque tenga que retroceder en el túnel del tiempo hasta llegar a los años dorados del fotoperiodismo en nuestro país. Es el verano de 1979 y me encuentro en Mongolia acompañando al periodista Xavier Vinader. Estamos efectuando un viaje de dos meses por toda Asia, con todos los gastos pagados, para la revista Interviú. Es una época en que China comienza a abrir sus puertas a los extranjeros y es muy difícil encontrarse con alguno. Vinader y yo asistimos a un espéctaculo que organizan los jinetes mongoles, los herederos de Gengis Khan, y seguramente los mejores del mundo. Allí nos encontramos con una veintena de turistas americanos, ya en la tercera edad. Hablo con uno de ellos y me cuenta que son tejanos relacionados con la industria del petróleo. Millonarios, deduzco enseguida, y a quienes el viaje les debe haber costado un pastón. Cuando, a mi vez, le explico lo que estoy haciendo, el millonario tejano me mira con una cara en la que se mezclan la sorpresa y una cierta indignación. Me repasa de arriba abajo, mi look de veinteañero con dos de los últimos modelos de Nikon con motor colgados al cuello y exclama: “And you’re getting paid for doing that?” (¿Y encima te pagan por lo que estás haciendo?).

PACO ELVIRA. EN LA ESTEPA MONGOLA. 1979

La segunda anécdota me ocurre unos años después mientras fotografiaba en el teatro del Liceo de Barcelona. Había recibido mi primer encargo, de la editorial Lunwerg, para hacer un libro sobre Las Ramblas.

Me topo con Josep Manuel Basañez que entonces era el conseller de Economia i Finances de la Generalitat de Catalunya. Resulta que Basañez y yo habíamos estudiado en el mismo colegio, los Jesuítas de Sarrià, él, algo mayor que yo, había sido el jefe (siempre había apuntado alto) de los “Minyons Escoltes” (boys scouts) mientras que yo era “cap de patrulla” (jefe de patrulla) por lo que nos conocíamos muy bien. Le saludé, cargado con mi trípode y mis Nikons, y al preguntarme lo que hacía y que era de mi vida le respondí lleno de orgullo:”Soy fotógrafo”. Su respuesta fue: “Sí vale. Pero aparte de la fotografía harás algo más, ¿verdad?

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