Mujeres:Aquella canaria, estudiante de enfermería, que vi por primera vez, cuando yo hacía milicias en Las Palmas, en el Entierro de la Sardina de Agaete.O aquella chica, dentro del grupo de estudiantes, que entró en la antigua redacción de Interviú buscando entrevistar a algún periodista para un trabajo de fin de curso.O la primera vez que vi a
Andrea sostenida por una enfermera con la cabeza aún abombada por las dificultades del parto y que iba a pasar todos sus siguientes años en cercanía de gatos.
Por suerte, lo del flechazo o amor a primera vista, me ha vuelto a pasar recientemente varias veces.Y en lo referente a otros campos:
Música.
La primera vez que oí Here, there and everywhere de los Beatles.
Literatura.
La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa.
Me compré la novela para irla leyendo en un viaje a Murcia en el que tenía que fotografiar a un personaje ,que no recuerdo, para la revista Interviú. En el avión abrí la novela que empezaba así: Era un hombre tan flaco que parecía estar siempre de perfil. Llegué al hotel a media tarde y ya no salí. Pedí un sandwich y una cerveza al servicio de habitaciones y me pasé toda la noche, insomne, incapaz de apartar mis ojos del libro.Antes de desayunar me había leido las 531 páginas que tenía el libro editado por Plaza y Janés. Luego fui a fotografiar al personaje.Juraría que no fue de los mejores trabajos fotográficos que he hecho en mi vida.Esto si que es un apasionado amor a primera vista, ¿verdad?
Fotógrafos y libros de fotografía:
La primera vez que vi el libro de Xavier Miserachs, Barcelona Blanc y Negre, y decidí que lo que quería hacer el resto de mi vida eran fotos como aquellas.O la primera vez que ojeé el libro de
Willian Klein,
New YorkAA
O el libro de Ed Van der Elsken Sweet Life.AA
Y la primera vez que vi las fotos de Alex Webb en su libro Hot lights / half- made worlds.AMÉXICO. FOTO. ALEX WEBB
Y de repente, sobre un dilema ante el que los fotógrafos vamos dando vueltas y vueltas durante los últimos años, se me ha hecho la luz y ahora lo veo con una claridad meridiana al leer las últimas palabras de Alex Webb. El futuro de la fotografía no depende de las revistas, ni de los diarios, ni de las publicaciones... Como dice Webb “Al fin y al cabo se trata de hacer fotos, mas allá de los mecanismos del mercado. Y de haber algún salvador de la Fotografía, con toda probabilidad serán los mismos fotógrafos”.
Lo estaba viendo en Trafic que dirige Laura Terré desde el Centre de Fotografia Documental de Barcelona; lo estaba viendo en el empeño de Silvia Omedes y su equipo de Photographic Social Vision en traer el World Press Photo contra viento y marea; en los enconados esfuerzos de Pepe Baeza en favor de una fotografía comprometida y de calidad; en la impecable edición gráfica ,y tarea divulgativa, que lleva a cabo Maria Rosa Vila desde Descobrir Catalunya y que me comentaba hace muy poco: "Algo se está moviendo y cambiando en el mundo fotógrafico";en la mágnifica labor divulgativa de Pepe Font de Mora al frente de la Fundación Fotocolectánia;en el compromiso y los merecidos premios, fruto a su incansable labor, de Gervasio Sánchez; en el reconocimiento al talento y al trabajo continuado, en forma de magnífico libro, de Andoni Canela; en la iniciativa de Tina Bagué que al final ha conseguido financiación y poner en marcha su Japan Photo Project para fotografiar el Japón durante un año; en la apuesta de Fernando Peracho y Brauli Teixidó de abrir una nueva Galería de fotografía; lo estaba viendo en las Jornadas de La Garriga que dirigió Tino Soriano; también en los numerosos colectivos de jóvenes fotógrafos, como Kasua o Malocchio, que aportan imágenes excelentes; en la cantidad increíble de fotos que se suben a Flickr cada día;en la iniciativa, casi visionaria hace años, de Llibert Teixidó, de crear un portal de fotografía virtual, Fotografía.net, que se ha convertido en uno de los líderes de audiencia indiscutibles; en Barcelona Photobloggers a cargo de Fran Simó y Oscar Ciutat, entre otros; en el blog Naturpixel que llevan Joan Vendrell y Guillem Calatrava y que cuenta con centenares de seguidores; en los años que lleva Manel Úbeda al frente de la escuela IDEP formando a generaciones de fotógrafos; en las clases que imparte en la facultad de periodismo Ramón Llull nuestro premio Ortega y Gasset 2006 Sandra Balsells; en la última exposición de Avelino Pi que a sus 77 años sigue con la misma ilusión y energía que cuando empezó; en Clemente Bernad, uno de nuestros grandes fotógrafos, que se fue a cubrir las elecciones en Honduras por su cuenta y riesgo al no encontrar ningun medio que se comprometiera a publicarlo a su vuelta, y mucho menos a financiarle el viaje…Está clarísimo,¿no? ¿O es que los árboles no nos dejan ver el bosque?
Tal vez podríamos trazar un paralelismo simbólico entre la situación actual y el e-mail que me envió mi amiga la fotógrafa Kris Ubach:
“A veces, no sabes porqué, en un día de trabajo no te sale ninguna foto. El día está gris, no hay nada interesante, y casi estás a punto de volver a casa sin nada y de mal humor. Muchas veces es así. Normalmente es así. Pero a veces a pesar del día horrible que has tenido decides que esperarás un poco más, aguantarás el frío y te quedarás más tiempo a ver si pasa alguna cosa. Y de repente, sale el sol, te encuentras en un lugar precioso bajo la luz, miras y apuntas…Y no sabes como, haces una foto mágica.”
Y Kris acompañaba estas reflexiones enviándome una foto maravillosa.
Cuando estaba acabando de escribir este artículo me vino a la memoria una de las fábulas de Esopo que más me gustan, Las ranas en la leche:
"Dos ranas cayeron en un balde de leche.
La primera, pesimista, pensó enseguida que no había nada que hacer. Desanimada, permaneció quieta y poco a poco se fue hundiendo hasta que se ahogó.
La segunda rana tenía un gran deseo de vivir. No reflexionó mucho, pero quería salir de aquel apuro. No supo hacer otra cosa para expresar tal deseo:se movió, se agitó, se rebeló contra su suerte...Y tanto se movió y luchó que la leche se convirtió en mantequilla, sacudida por tanto movimiento.
Y esa fue la rana que se salvó".
Está claro cual de las dos ranas es Kris y el camino a seguir que nos enseña,¿verdad?
Es una reflexión importante, Paco. También me gusta la fábula de las ranas, que se complementa con la teoría de los pandas de Siqui. En realidad la fotografía va a más. Otra cosa es que no hay vuelta atrás en la manera de ejercer el oficio, tal como la entendíamos hasta ahora. El que se quede en casa esperando que suene el teléfono para hacer algo, deberá cambiar de oficio. Somos nosotros los que hemos de generar ilusión y creo que es un poco la obligación de los más veteranos, con menos urgencia histórica -que decía Menotti- que los más jóvenes. Tú eres una buena muestra de ello con tu blog y tu trayectoria modélica. Un abrazo y gracias por esas ideas que inyectas cada día.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEstamos en una época de transición pero no faltan oportunidades. El futuro será para el que se lo trabaje.
Como dice Tino, el oficio ha cambiado, se han añadido tareas nuevas y se han eliminado otras y eso es algo que a muchos les está costando más de la cuenta.
Molt ben vist Paco
Una acertada reflexión sobre el futuro partiendo de las raices. Y lo que dices, si alguien ha de salvar la fotografía han de ser los fotógrafos consus fotos.
ResponderEliminarGracias por tus impagables aportaciones.
en muchos sectores de la "industria cultural", y el ejemplo más significativo es el de la música, o el cine, estamos en una época de revolución, de cambio, de incertidumbre, de indefinición. hay que estar "a todas", seguir todos los caminos posibles, el clásico (que se hacía "antes de la revolución") y el de ahora. esperar a que salga la luz que menciona Kris, moviéndose para que la leche se convierta en mantequilla!!
ResponderEliminarBon día Paco, gran reflexión. Y no puedo estar más de acuerdo, nosotros somos quienes tenemos que tirar adelante con esta profesión y eso se consigue poniéndole pasión y no desfalleciendo en el sofá de casa. Esa ha sido siempre mi máxima y de momento ahí sigo. Pero realmente el aplauso te lo mereces tú, por tu trayectoria de luchador, por alimentarnos a diario con tu sabiduria fotográfica y por transmitir siempre ese ánimo a las nuevas generaciones de fotógrafos. No olvides Paco, que una conversación que tuve contigo tantos años atrás, me convenció que mi camino era la fotografia.
ResponderEliminarun beso enorme
Lo que mas me gusta de tu articulo de hoy, con matices de prensa del corazon, es tu faceta de San Ligón, y, hay que decir la verdad, ¡con que chicas!
ResponderEliminarHabria que ver que dicen ellas de tus revelaciones
“Gracias Paco”, es lo primero que se me ha ocurrido escribir. Gracias por tu energía positiva en cuanto a la profesión, por tu magia docente a los jóvenes fotógrafos y por tu Blog.
ResponderEliminarEn cuanto a la fotografía “No estamos tan mal” como diría uno, creo que ya lo comente, en televisión en concreto TV3, cada telenoticias hay una noticia de fotografía, ¿Quiere decir algo, no ? ... Aunque tenemos que luchar duro y más los que llevamos poco tiempo y además los que nos hemos lanzado en plena crisis.
Yo seguiré luchando hasta un pasito antes del “DeadLine” y seguro que todos lo haremos.
De nuevo “Gracias Paco”.
Buf, piel de gallina se me ha puesto conforme iba leyendo esta entrada.
ResponderEliminarGracias paco por estar ahí......
Me ha gustado mucho esta entrada, me ha arrancado una sonrisa al principio, y da pie a la reflexión sobre el presente y futuro de la profesión.
ResponderEliminarsiempre hacia delante...
saludos!
Sí, sí, muy bonito todo, pero seguro que tú no tienes dedicado el libro de Alex Webb, jeje. Pues yo sí, y encima me los regaló él en Santiago de Compostela (1993).
ResponderEliminarSi Pepe Baeza es nuestro guru, Paco TU eres nuestro duende!
ResponderEliminarComparto con la comunidad un bello poema de Eloy Sánchez Rosillo que simepre me inspira!
La luz nunca se extingue
"Te equivocas, sin duda. Alguna vez alcanzan
tus manos el milagro;
en medio de los días indistintos,
tu indigencia, de pronto, toca un fulgor que vale más que el oro puro:
con plenitud respira tu pecho el raro don
de la felicidad. Y bien quisieras
que nunca se apagara la intensidad que vives.
Después, cuando parece que todo se ha cumplido, te entregas, cabizbajo, a la añoranza del breve resplandor maravilloso
que hizo hermosa tu vida y sortilegio el mundo.
Tu error está en creer que la luz se termina.
Al cabo de los años he llegado a saber
que en la naturaleza del milagro
se funden lo fugaz y lo perenne.
Tras su apariencia efímera,
el relámpago sigue viviendo en quien lo vio.
Porque su luz transforma y ya no eres
el hombre aquel que fuiste antes de que en tus ojos, de que en el fondo oscuro de tu ser fulgurase.
No, la luz no se acaba, si de verdad fue tuya.
Jamás se extingue. Está ocurriendo siempre.
Mira dentro de ti, con esperanza, sin melancolía.
No conoce la muerte la luz del corazón.
Contigo vivirá mientras tú seas:
no en el recuerdo, sino en tu presente,
en el día continuo del sueño de tu vida. "
Eloy Sánchez Rosillo
Pues yo he terminado con los ojos llorosos. Quizá por estar a la vez escuchando Coldplay, recordando la de veces que miré y remiré el libro de Miserachs durante la infancia y adolescencia, o esa otra vez que con 9 años fui al World Press Photo y al salir les pedí a mis padres que compraran el catálogo (de 1982), o por encontrarme en este preciso momento editando y retocando fotos justamente para enviar al World Press Photo, después de un año y medio haciendo fotos... Quizá los fotógrafos somos eso: ranas de fe, porque no sabes nunca si esa foto, en ese momento y lugar, se convertirá en mantequilla, y porque sabes que la mantequilla en algún lugar se tiene que hacer.
ResponderEliminarTienes razón Paco. Yo siempre he dicho que el tiempo da y quita la razón… y al final la calidad permanece por encima de todas las modas, por lo menos eso quiero creer. También está claro que hay que trabajar mucho y mucho para tirar algo como lo nuestro adelante y aportar algo distinto. No se puede vivir de lo que fuimos y no todas las personas que mandan tienen buen criterio.
ResponderEliminarEl otro día leí unas líneas que me hicieron reflexionar:
“Si tu trabajo puede hacerlo un ordenador, un robot, si es muy manual, si no es creativo, si se basa en la experiencia, si puede hacerse por menos… búscate otro”
Es un poco duro, pero es lo que hay.
Suerte y adelante.
Vendo sofá
ResponderEliminaralgo manchado de mantequilla
gracias Paco
Comparto plenamente tus impresiones Paco y añadiría un par de ejemplos más: no podemos olvidarnos de escuelas de fotografía como Ruido y tantos otros talleres que están ayudando a difundir una fotografía comprometida, transformadora y reflexiva. O publicaciones noveles de fotografía documental como Piel de Foto y 7.7 (en formato digital) que, lejos de amilanarse por la crisis, han decidido tirar adelante sus proyectos. Y es que creo que ése es el camino.
ResponderEliminarEl tiempo de las grandes publicaciones mecenas ha terminado, pero precisamente por ello ahora somos más independientes para poder contar las historias que nadie cuenta. Y otro dato positivo: nunca hasta ahora habían habido tantas galerías de arte dedicadas a la fotografía, tantos departamentos de fotografía en los museos... Habrá que llenarlos con fotos, no?
Estupenda reflexión Paco.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en que algo se está moviendo, pero falta también que se mueva la otra parte; el destinatario final o lector o espectador. Escribía sobre ello en:
http://elfotografoviajero.blogspot.com/2009/11/el-relato-en-un-diente-de-ajo.html
Comparto también tu pasión por el trabajo de Alex Webb. Tuve la suerte de tenerlo de profesor y tengo alguno de sus libros firmados.
También me dedicó el gran Miserachs, poco antes de fallecer, su divertido libro Quiero ser fotógrafo.
Paco, es muy cierto lo que dices. Pero aunque la fotografía no muera nunca, otra cosa es la profesión de fotógrafo.
ResponderEliminarHola, Paco. Me he acercado en busca precisamente de la receta del arroz al horno y, de paso, he leído el post con los comentarios. Me ha parecido que no iba conmigo el tema (prefiero a Rene Burri). Pero estaba en la terraza tendiendo la ropa pensando en el post y de pronto me digo: ¡qué cojones! Últimamente, viendo cómo le va (nos va) todo a la gente a mi alrededor el ¡qué cojones! se ha convertido en un mantra. Será la compañía de fotorreporteros, todo se pega. A lo que voy: lo del entusiasmo está muy bien, claro, la vocación es eso: entusiasmo. Pero luego viene la lista de "resistentes" y me da por pensar que siempre resisten los mismos. Además esa lista queda un poco en plan "un ejemplar de cada especie con destino al Arca de Noé", pues se avecina el Diluvio. Pienso en todos los que quedan sepultados por las aguas, que también tenían entusiamo (jubilaciones anticipadas o demasiado orgullo y demasiado curriculo a sus espaldas para soportar determinadas condiciones de boca de niñatos). Por no hablar de la cantidad de fotógrafos/as, periodistas, traductores, escritores, con los que estoy en contacto y que están manteniendo su "entusiasmo" a base de antidepresivos y de consultas al psicólogo (50/70 euros la sesión).
ResponderEliminarY el rollo de Sandra Balsells de "si luchas, lo consigues" es eso: un rollo patatero que queda divino de la muerte en una universidad baratísima como la Blanquerna.
Antes a los reporteros (creativos en general) se les suponía (y se les consentía) el temperamento. Ahora, el que dice una palabra más alta que la otra es conflictivo y es el primero en saltar del sistema.
Del tema chicas, no tengo nada que criticar. ¿Un fotógrafo al que no le gusten las chicas guapas? Eso es lo más raro del mundo.
Está claro el tono general. Haré algunas puntualizaciones. Como dice muy bien Tino no podemos quedarnos en casa esperando el teléfono porque estamos en una época de cambio, de transición, de revolución, y lo que dice Artisal tiene toda la razón del mundo. Es duro pero es así. Y la profesión de fotógrafo seguirá, Jordi, pero no como la hemos conocido hasta ahora. Y shangaguay, envidia sana. Como contrapartida tengo otro libro regalado y firmado por otro de los grandes maestros del color: Harry Gruyaert. Silvia, mil gracias por el precioso verso, veo que cumplir años te ha sentado estupendo. Cesc, tus esperiencias y sentimientos me recuerdan muchísimo a los míos. Maria Rosa, como siempre estoy muy de acuerdo con tus planteamientos y con tu visión del futuro, y disculparme delante de tantos colectivos e individuos que me he dejado en el tintero, como Ruido, Piel de Foto, H2O…que están ahí.
ResponderEliminarLiu, es una suerte y un privilegio tenerte como asidua lectora y comentarista en este blog. Vas dando caña a diestro y siniestro lo que da un contrapunto y un punto de vista, diferente a veces, pero muy útil para hacerse una idea global de la situación. Por cierto,¿has hecho el arroz?
Y, anónimo, que quieres que te diga. ¿No serás el mismo que comentaba, también de forma anónima, sobre la habitación de una adolescente?
Comparto muchas opiniones que acabo de leer en este post e insistiría en que tú estás haciendo un gran trabajo de difusión de la fotografía, a los que nos iniciamos en ella encontrar blogs como el tuyo en el que se comparte tanta información y de tanta calidad es una gozada. Creo que tu blog para mí también ha sido amor a primera vista!
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro. Love is in the air...
ResponderEliminarLo haré, Paco, que tu receta es mucho mejor que la que yo tenía. Y, por cierto, que si un día te da por responder a lo que yo comento te lo agradeceré. Y así dejaré de poner el hombro para que lloren mis amigos fotógrafos.
ResponderEliminarDices..."algo se está moviendo"...y te doy la razón...nos estamos volviendo a conectar todos con la y el corazón. Este post está escrito desde tu memoria (en realidad, tiempo petrificado) y tus palabras resuenan desde un lugar profundo. ¿Cómo no se va a estar moviendo algo? Leí una vez que una buena fotografía es la que impacta directamente en tu garganta...Pues así es cómo tu post impactó en mi.
ResponderEliminarGracias!!!
Liu, Liu, Liu…Como eres, mujer, no te lo tomes así. Te contesto.
ResponderEliminarPrimero puntualizar que la receta del arroz, como buen valenciano, es de Pepe Baeza. Después me temo, que te diga lo que te diga, tal como está el patio tus amigos fotógrafos continuarán llorando encima de tu hombro.
Comparar a Rene Burri con Alex Webb me parece como comparar un huevo con una castaña: no tienen nada que ver. Webb es muchísimo más moderno.
Sobre todo lo que cuentas del entusiasmo, la vocación, etc. Que le vamos a hacer. Es como la fábula de las ranas. No sigo porque hoy mismo he estado en la conferencia de Martin Parr, le he hecho un par de preguntas y creo que lo que ha dicho encaja perfectamente con tus preocupaciones y las mías. Para no alargarme en exceso y repetirme, te convoco a que leas mi próximo post sobre Parr.
Sobre lo de Sandra, ella ha predicado con el ejemplo: se arriesgó en su momento en los Balcanes donde, como me imagino que sabrás, vivió una experiencia muy dura. Y ella predica lo que hizo en el marco que tiene ahora, que es la Blanquerna. Y yo le he visto predicar lo mismo en otros lugares como Albarracín, por ejemplo.
En lo del temperamento y la exclusión del sistema, tienes razón por una sencilla razón. Laura Terré me lo ha explicado muy bien el por que vivimos unos años dorados, por lo menos yo y otros fotógrafos de mi generación: Carlos Bosch, Jordi Socías, Manel Armengol… “Porque os necesitaban. Eráis indispensables”. Claramente ahora no, la oferta supera con creces a la demanda y pasa lo que pasa.
Sobre lo de las chicas ya veo que no tienes nada que criticar. Estupendo. Algo es algo.
Un beso.
Vero,
ResponderEliminarTienes toda la razón del mundo.He rebuscado en el fondo de mi memoria, en el tiempo petrificado, y he escrito desde lo más hondo de mi corazón. Tal vez por eso mi post te ha impactado directamente en la garganta.
Un beso