jueves, 14 de junio de 2012

EL PRINCIPIO DEL FIN DE UNA ERA

 Me di cuenta que era el final de una era para los fotógrafos profesionales.


Ordenando el archivo  encontré unas fotos que me hicieron reflexionar. Las tomé en Túnez, en marzo de 2003, o sea hace unos nueve años años. Me encontraba allí haciendo un reportaje para el Dominical de El Periódico, junto a una redactora. Fotografié algunas piezas antiguas. Recuerdo un par de imágenes: un busto en el museo del Bardo y una vasija en el de Cartago. Ambas necesitaban resolver algunos problemas técnicos: poca luz, dominantes…





En el busto se mezclaban la luz fluorescente, que da dominante verde con película de luz de día, con la luz artificial que da tonos rojizos. Coloqué mi Nikon, cargada con película Fujichrome de 100 ASA, en un trípode GITZO, y añadí un pequeño destello de flash, rebajando su potencia en un diafragma, para atenuar la dominante rojiza.



La vasija tenía mejor luz pero era toda fluorescente. Otra vez la Nikon sobre el trípode, pero en el objetivo de 50mm coloqué un filtro Kodak corrector de color ,30 magenta, que elimina las dominantes verdes de los fluorescentes. En ambos casos, la periodista que me acompañaba, sacó una pequeña cámara digital de su bolso mientras se excusaba diciendo:”No tengo ni idea de fotografía” y reprodujo los mismos objetos. Su aparato fotográfico, aún de pocos megapíxeles, tenía un programa automático para hacer fotos en museos. Eché un vistazo a la pantalla LCD. Las fotos no serían publicables a gran tamaño, pero tecnicamente eran impecables. El balance automático de blancos había corregido las dominantes, el flash había dado el destello justo y la sensibilidad había subido para lograr una velocidad de obturación suficiente para que las fotos no salieran movidas. Me di cuenta que era el fin de una era.


Hasta aquél día los fotógrafos profesionales recibíamos muchos encargos, simplemente porque el cliente no sabía como solucionar los retos técnicos. Por ejemplo, yo hacía fotos para un catálogo de luces para efectos en locales y discotecas y otras cosas del mismo estilo. Fotógrafos como Navia, Tino Soriano o yo mismo, éramos capaces de fotografiar con película de diapositivas Velvia, de 50 Asa, con cámaras manuales Leica, obteniendo imágenes bien enfocadas y saturadas, tecnicamente impecables, aparte de su valor conceptual como fotos; por suerte no sólo todo es técnica en esta vida.


Otros fotógrafos destacaron muy pronto en el campo del deporte, como Jose María Alguersuari o, ya de una nueva generación, Albert Bertàn y Jordi Cotrina, del Periódico de Catalunya, por su capacidad de enfocar manualmente sus teleobjetivos de 300 milímetros, y más, de apertura 2,8. Todos tienen ya una larga y exitosa carrera a sus espaldas en campos más amplios . No obstante, la habilidad para enfocar manualmente estos “monstruos”ya no se requiere. Para eso está el autofocus. Sólo el precio de estas ópticas hace que las buenas fotografías de deporte no estén al alcance de todos los mortales.

El impacto digital ha sido tan grande- incluso ha sorprendido a toda la industria fotográfica- que me maravillo de mi poca visión del futuro en mis declaraciones, en la entrevista que me hizo Núria Aguadé, para quesabesde” de octubre de 2004, no hace ni cuatro años.

1 comentario:

  1. Sin ser fotografo profesional y unos años antes teniendo una canon eos1nhs comence a utilizar una aiptek vga sencillamente me sumergi en el impacto digital que no era otra cosa que pura fotografia.

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