Escenarios de pinturas de batallas. Los sitios de Zaragoza y de Numancia.

AGUAFUERTE de EL SITIO DE ZARAGOZA

 (CAPÍTULO ANTERIOR)

Reemprendo el camino, ahora hacia Zaragoza, buscando otro episodio de la guerra de Independencia. Esta vez sigo las pistas visuales que me da un aguafuerte, del sitio de Zaragoza en julio y agosto de 1808, conservado en la Biblioteca Nacional.
“Es un dibujo totalmente idealizado. El artista ha colocado juntas muchas de las torres de las iglesias de la ciudad” explica Antonio Mostalac, el jefe de la Unidad de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Zaragoza.”El ataque se produce por la parte este-oeste de la ciudad. La Puerta del Carmen está justo en el centro. Y de los monumentos que aún existen se ven las torres de Nuestra Señora del Portillo, San Pablo, El Pilar y San Miguel.

La Puerta del Carmen, que se ha conservado como monumento, se yergue solitaria ante un muro de edificios, y entre los humos y el estruendo de un tráfico incesante.

La inscripción al pie de la imagen del ataque no tiene desperdicio, dice: ”Vista del sitio y bombardeo de la Ciudad de Zaragoza por los Franceses desde que se presentaron delante de dicha ciudad en 15 de junio de 1808 hasta 14 de agosto del mismo año, que huyeron vergonzosamente, después de 61 días de inútiles ataques, sin haberse podido apoderar de la Ciudad, que fue defendida gloriosamente por los valerosos e intrépidos zaragozanos, comandados por su ilustre jefe Palafox”

EL SITIO DE NUMANCIA

 "NUMANCIA" de ALEJO VERA 1880

De gesta en gesta, de defensa en defensa, Numancia es mi siguiente cita con la historia. De todas las batallas del recorrido, la de la ciudad íbera es, de largo, la más antigua. Fue tomada por las tropas de Escipión el año 133 antes de Cristo. Alejo Vera pintó su óleo en 1880 sin ninguna referencia visual de lo acaecido.
Exasperado por la resistencia de Numancia, el propio Escipión, el destructor de Cartago, partió desde Ampurias con un ejército de 60.000 hombres y sitió a los íberos que sólo contaban con 4.000 guerreros para enfrentarse a las legiones romanas. Las tropas de Escipión no consiguieron entrar la ciudad hasta que sus moradores, terriblemente diezmados por el hambre y la peste, la incendiaron y se arrojaron a las llamas y desde las murallas, antes que rendirse al enemigo.

“La fecha en la que se pinta el óleo “Numancia” entra de lleno en el Romanticismo, una época de recuperación de la identidad nacional buscando en el pasado mitos que lo reafirmen” explica Rosa Martínez, una soriana, historiadora de arte, que fue la directora de la Bienal de Venecia del 2005.”Aunque es cuestionable la defensa numantina, que acabó con la destrucción de la ciudad y la muerte de casi todos sus habitantes, en vez de una permeabilidad y adaptación a un pueblo, como el romano, mucho más avanzado y culto.”
Polémicas aparte, hoy en día, las excavaciones realizadas permiten al visitante recrear en su mente el épico asedio que tuvo lugar sobre el cerro de Garray, en Soria.

(Continuación)