BARCELONA DICIEMBRE DE 1970
¿Creéis en las coincidencias y en las casualidades? El pasado viernes viví una muy, pero que muy fuerte. Resulta que el día anterior había presentado en el Fnac del Triangle de Barcelona mis libros de la colección "Imágenes para la historia" de Lunwerg-Planeta. Proyecté mis fotos de la época de la Transición y una de las primeras que comenté fue esta del guardia urbano que hice en 1970 con la cámara Contaflex de mi padre, en las Rambles de Barcelona. Comenté que Lluis Permanyer me había explicado que más bien parecía una foto de los años cincuenta en que la costumbre de dejar regalos navideños a los guardias urbanos era habitual. El que fotografié, me dijo, debió ser de los últimos.
Pues resulta que al día siguiente, en Rambla Catalunya, camino de una reunión con algunos colegas de Travel Inspirers, me encontré con la misma escena.; un guardia, vestido de la época, rodeado de regalos navideños. Se trataba de una campaña para recoger donativos.
BARCELONA DICIEMBRE DE 2012
Por supuesto que los dos guardias no eran la misma persona como podría entenderse por el encabezado de este artículo.Y de hecho, el que repitió la foto no fue el guardia sino yo. Pero, ¿a que es una casualidad tremenda?
Me encantan las casualidades y coincidencias, (aunque no es lo mismo) la vida está llena y nos sorprenderíamos si nos fijáramos más, en ocasiones, como en este caso, son la mar de divertidas. Recuerdo perfectamente, a finales de los 60 principio de los 70, los guardias urbanos rodeados de globos y regalos navideños de todos los tamaños, botellas turrones y hasta algún pavo. Y sabíamos, que cuanto más regalos tenían, más multas habían perdonado. Recuerdo en los últimos años que algunos llegaban a tener tantos regalos que obstruían el tráfico, y se aceptaba, incluso los conductores bajaban para darle la mano, la mayoría gritaba por la ventanilla "¡Feliz Navidad!" Y por supuesto, esos días, apenas se ponían multas... Hasta la época de transición cuando se cambiaron los uniformes leyes y costumbres. La verdad es que éramos más pobres (o no) pero el pueblo estaba más unido y esos días procurábamos darnos alegría... (a pesar de los dramas de la época).
ResponderEliminarMe has hecho viajar en el tiempo, Paco, como el día anterior en FNAC cuando escuchaba tus explicaciones en cada foto proyectada de tu libro de La Transición Española.
Y coincidencia que hace un par de días hablé en mi blog del libro "El misterio de las coincidencias", de Eduardo Zancolli; hay coincidencias, casualidades y sincronicidad. Como en este caso, coincidiendo con las fechas. De haber sido en verano, habría coincidido quizá otra escena...
Creo que si Eva. O tal vez si no hubiera hecho la presentación el el FNAC y comentado la foto, ni habría hecho caso.
EliminarSí, yo también recuerdo esa costumbre en mi Zaragoza natal, pero ya en los años 50 se hacía.
ResponderEliminar¡Cuantas historias guardas en tus fotos, Paco!
Respecto a tu título, no es el guardia urbano quien repite la foto, sino tú. El guardia repite la pose. Digo yo.
Tienes razón. Ya he procurado aclararlo en el texto.
EliminarMuy buena, a mí también me encantan las casualidades. Tengo una muy buena. En el 90 participé en el concurso "3x4", cuando volví a casa, en Ibiza, vi que unos programas después salió un chico muy mono de Sabadell concursando, pensé "lástima no haber coincidido con él", unos meses después me fui a estudiar a Barcelona y como necesitaba dinero, puse a la venta el barquito 4.20 que había ganado en el concurso, estaba pasando unos días en Sabadell con mis primos y me dijeron que por la radio había un programa tipo mercadillo, llamé para anunciar que vendía el barco. Al cabo de un rato me llamaron del programa de radio, era el locutro, me dijo que se había quedado con una duda y me preguntó de dónde había sacado el barco, se lo conté y me dijo "tú eres una chica de Ibiza que concursó más o menos a principios de septiembre" le dije que sí y me soltó "yo estuve unos programas después de ti", sí, era el mismo chico. Esa misma noche quedamos, lo demás es otra historia :)
ResponderEliminarPreciosa historia Roxy. Creo que estabais condenados a encontraros otra vez. Y seguro que de la mismna manera que te fijastes en el, también el lo hizo.
EliminarY me quedó con ganas de saber como acabó la historia.
Un tío mio, se paso muchas horas en un puesto como ese. La imagen realizada con la Contax es parte de la historia. De aquella que el tiempo trata de enterrar y los recuerdos lo quieren impedir.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Contax? Ya me habría gustado Jan. Aunque era una Contaflex de óptica fija, un 45 mm Zeiss Ikon que tampoco estaba mal.
ResponderEliminarUn abrazo
Me recuerda a esta de Cartier Bresson en Roma.
ResponderEliminarhttp://pinterest.com/pin/131448882845787786