Las cifras lo dicen todo. En Jaén hay sesenta millones de olivos y produce el 25% de todo el aceite de oliva que se consume en el mundo. Tampoco es de extrañar que algunos de los mejores aceites de oliva virgen extra del planeta se encuentren en esta provincia andaluza.
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AMANECE EN BAEZA, ENTRE UN MAR DE OLIVOS
VARIEDAD PICUAL, LA ACEITUNA MÁS CORRIENTE EN JAÉN
Durante mi periplo andaluz realicé una cata de tres tipos diferentes de aceite.
Lampante. Fue el que olor me resultó más familiar, lo que no dice mucho acerca del aceite que encuentro por ahí. Se hace a partir de todas las olivas caídas en el suelo, aunque estén dañadas. No se comercializa-o no debería-. Si se le añade un poco de aceite virgen, no más del 20%, se obtiene el aceite de oliva de un grado. Si le añaden un poco más se convierte en el aceite de oliva de 0,4 grados, al que llaman suave e intenso.
Aceite de oliva virgen. Es un aceite de buenas cualidades y sin mezclas.
Aceite de oliva virgen extra. Es el de mejor calidad. Todas las olivas han sido recogidas del árbol en los primeros días de cosecha. Tiene un olor afrutado.
Aunque le color no sea determinante porque con el tiempo cambia, empezando por la izquierda tenemos el aceite de oliva virgen extra recién embotellado, el virgen y el lampante. Al olerlos si que la diferencia es notable.
Visité algunas de las empresas que producen el mejor aceite, como la del Castillo de Canena, en que con algunos de sus aceites podríamos trazar un paralelismo con los vinos gran reserva. ¿Su secreto? Recolectar las aceitunas con cuidado, siempre en el árbol, aún verdes, en octubre y noviembre. Dan la mitad o menos de aceite que en diciembre o febrero, pero la calidad es excepcional. Suelen utilizar la aceituna típica de Jaén, la picual. Aunque también, en mucha menor cantidad, utilizan una que conocemos muy bien en Cataluña, la arbequina. Al no ser su sabor tan fuerte da un aceite mejor para hacer mayonesa, all i oli o postres.
Durante mi periplo andaluz realicé una cata de tres tipos diferentes de aceite.
Lampante. Fue el que olor me resultó más familiar, lo que no dice mucho acerca del aceite que encuentro por ahí. Se hace a partir de todas las olivas caídas en el suelo, aunque estén dañadas. No se comercializa-o no debería-. Si se le añade un poco de aceite virgen, no más del 20%, se obtiene el aceite de oliva de un grado. Si le añaden un poco más se convierte en el aceite de oliva de 0,4 grados, al que llaman suave e intenso.
Aceite de oliva virgen. Es un aceite de buenas cualidades y sin mezclas.
Aceite de oliva virgen extra. Es el de mejor calidad. Todas las olivas han sido recogidas del árbol en los primeros días de cosecha. Tiene un olor afrutado.
Aunque le color no sea determinante porque con el tiempo cambia, empezando por la izquierda tenemos el aceite de oliva virgen extra recién embotellado, el virgen y el lampante. Al olerlos si que la diferencia es notable.
Visité algunas de las empresas que producen el mejor aceite, como la del Castillo de Canena, en que con algunos de sus aceites podríamos trazar un paralelismo con los vinos gran reserva. ¿Su secreto? Recolectar las aceitunas con cuidado, siempre en el árbol, aún verdes, en octubre y noviembre. Dan la mitad o menos de aceite que en diciembre o febrero, pero la calidad es excepcional. Suelen utilizar la aceituna típica de Jaén, la picual. Aunque también, en mucha menor cantidad, utilizan una que conocemos muy bien en Cataluña, la arbequina. Al no ser su sabor tan fuerte da un aceite mejor para hacer mayonesa, all i oli o postres.
LA EMPRESA CASTILLO DE CAENA
Estos aceites gran reserva, o reserva de la familia, son para guardarlos como oro en paño y echar un poquito encima de carnes, pescados o ensaladas. Lo tendré muy en cuenta.
Y si me tengo que gastar un euro más en un aceite de oliva virgen extra en vez de uno “excelente” de 0,4 grados, no os preocupéis, lo haré. Y si además la denominación de origen es de Jaén, ni me lo pensaré.
Estos aceites gran reserva, o reserva de la familia, son para guardarlos como oro en paño y echar un poquito encima de carnes, pescados o ensaladas. Lo tendré muy en cuenta.
Y si me tengo que gastar un euro más en un aceite de oliva virgen extra en vez de uno “excelente” de 0,4 grados, no os preocupéis, lo haré. Y si además la denominación de origen es de Jaén, ni me lo pensaré.
De pequeño era frecuente que la tostada del desayuno nos la prepararan con aceite y azúcar. E incluso en la merienda también era habitual comer un bollo cortado a la mitad, al que tras extraerle el migajón se 'regaba' con un buen chorreón de buen aceite y se espolvoreaba también con azúcar, tras lo que se volvía a introducir la miga y se daba buena cuenta del preparado.
ResponderEliminarA día de hoy, mi desayuno diario sigue siendo el mismo:
-¿Qué le va a poner a la tostá?
-Aceite y azúcar, como cuando era chico (suele ser mi respuesta).
Por cierto, y reivindicando la buena gastronomía que es de tu gusto: Uno de los mejores manjares que se pueden degustar son unas papas fritas en aceite de oliva vírgen nuevo. Fritas en perol, por supuesto...
Con su huevo frito y un par de lonchas de jamón ibérico del bueno por encima, una delicia, oiga.
Pues a mi, demasiado aceite no me gusta y si sabe mucho, menos. Paco, Paco, que te vas a poner en contra a todos los productores de aceite de aquí. Pero no te negaré, que la aceituna, me lo he tenido que pensar para no poner oliva, es fotogénica.
ResponderEliminarEl sabor característico del aceite de Jaén es el picual, que no suele ser apto para paladares no acostumbrados. El aceite de oliva se puede utilizar para muchos platos, pero aconsejo escanciar en un plato únicamente un buen aceite chorreón, observar su color y densidad y degustarlo mojando pan. De esta forma catamos la esencia de este producto y adiestramos nuestro paladar. Pero dos cuestiones, tenemos un producto de calidad general (con pequeñas matizaciones) que no sabemos comercializar. Ese es nuestro pecado.
ResponderEliminarPaco, te envio una recomendación por email por aquello de no hacer publicidad.
Celebro que en tu post de hoy hables de aceite y encima de Jaén.Casi toda mi família es de la provincia de Jaén y aunque yo he nacido aquí tengo muchos sentimientos hacia aquella tierra. Conozco bien el tema de la recogida de aceitunas porque yo también he ayudado a cogerla y a treparla de las ramas, pero se debe hacer con mucho cuidado para no dañar las ramas del olivo. Mi relación con el aceite va mucho más allá, pues considero un grandísimo placer algo tan sencillo como comerme una rebanada de pan de pagés ó un buen pan crujiente bañado suavemente con un buen aceite virgen de oliva, es sin duda alguna, el "gran oro" de la gastronomia mundial y encima es muy reconmendable e importante para nuestra salud, sobre todo, en crudo.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encantan las fotografías, sobretodo la de "Amanecer en Baeza", y qué gusto pasear entre campos de olivos... Dicen que los primeros olivos los trajeron los fenicios, pero fueron los griegos quienes nos enseñaron el proceso de extracción del aceite. Andalucía y la Meditarránea es privilegiada, tenemos oro puro.
ResponderEliminarY no he podido evitar pensar en el drama del aceite de colza... nunca aclarado del todo. Pero no quiero estropear la belleza de este reportaje.
Gracias Paco!
hola, no me digas que has estado en Baeza??? soy de ahí, nos conocimos en el curso de fotografía en La Rábida del año pasado, este año no he ido pero tu tampoco, no??
ResponderEliminarme hubiese gustado saludarte un montón, ah y soy pequeña productora de aceite
un saludo desde Baeza
Isabel
Precioso e inolvidable amanecer en el mar de olivos de #jaentrip, ¡saludos compañero!
ResponderEliminarPaco ets un crack!!! m'han encantat les fotos i el mini reportatge :-) Felicitats!!
ResponderEliminarDe gran... vull ser com tu... :-)
Menudas combinaciones, Jaime. ¡Para chuparse los dedos!
ResponderEliminarFotogénica si que es Joana. ¿Y que raro que no te guste el aceite? ¿I un pa amb tomaquet i oli?
Al principio me costó un poco acostumbrarme al fuerte sabor del picual Manuel, algo picante. Pero ahora soy un fan.
“Considero un grandísimo placer algo tan sencillo como comerme una rebanada de pan de pagés ó un buen pan crujiente bañado suavemente con un buen aceite virgen de oliva, es sin duda alguna, el "gran oro" de la gastronomia mundial”. Totalmente de acuerdo contigo Manuel.
Gracias Eva. Me pegué un buen madrugón para fotografiar el “Amanecer en Baeza”. Y soplaba un viento gélido. Pero valió la pena.
Ya te lo he dicho por FB Isabel. Una lástima.
Muchas gracias compañera del blogtrip, Enarah.
No et passis Òscar. Però moltes gràcies.