sábado, 27 de agosto de 2011

Despedida de Porrera y alarma antiaérea.



Tengo las maletas preparadas para partir y subo hasta el piso de arriba para despedirme de Isabel Vilà, la propietaria de la casa de turismo rural Cal Porrerà. Aprovecho para salir a la terraza y llenar mi memoria con la vista espléndida del Priorat para cargar pilas y conservarla hasta la próxima visita, cuando algo llama mi atención.

En la torre de la iglesia una bandada de estorninos emprende el vuelo y adopta una formación cerrada; al mismo tiempo todas las palomas de Porrera echan a volar.Ya lo he visto otras veces. Les debe acechar un peligro mortal, seguramente una rapaz y no una cualquiera por el tamaño de la alarma. Estoy convencido de que no es ni un cernícalo, ni un ratonero, ni un milano. Podría ser un halcón peregrino pero entonces se habrían mantenido inmóviles, casi sin respirar en sus posaderos, porque el halcón sólo caza en el aire. Escuadriño el cielo y lo veo, aunque bastante alto. No tengo prismáticos pero me basta el tamaño y la silueta de cola larga y alas cortas y redondeadas. Es un azor, un cazador letal al que se ha bautizado como 'el pirata del bosque'. Seguramente está en vuelo de desplazamiento, no de caza, lejos de los bosques en donde suele actuar. Pero sólo su paso ha despertado el pánico en las aves de Porrera. Y con toda la razón del mundo.


2 comentarios:

  1. Lluis Bosch siempre me habla de Cal Porrerá , pero nunca he tenido el momento.Con tus fotos y relatos este año no me lo pierdo. Un peto Isabel¡¡¡¡

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  2. Segur que et tractaran molt, però que molt bé, Agustí.

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