jueves, 28 de abril de 2011

LAS PERLAS DEL ATLÁNTICO FRANCÉS. SAINT MALO.


Otra vez a bordo del coche de alquiler y esta vez hacia el norte, a unos 285 km de la Rochelle, ya en tierras bretonas, se encuentra la ciudad de Saint-Malo. El nombre proviene del monje galés Mac Low que en el siglo VI se convirtió en el obispo de Alet, cuna de la actual urbe.




La historia de Saint-Malo está indisolublemente unida al mar y al temple y valentía de sus navegantes. El comercio con América, India, África y China hizo que la villa alcanzara su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII.

Y han sido las hazañas de sus corsarios las que han alimentado las leyendas de la población, también conocida como la Capital Corsaria. Duguay-Trouin y Surcouf fueron los más destacados. El primero se apoderó de Río de Janeiro en 1711, y Surcouf ha quedado inmortalizado en una estatua que, desde el paseo de las murallas, señala a través de las brumas, y por encima de las mareas, al enemigo inglés.



ESTATUA DEL CORSARIO SURCOUF

Gran parte de las murallas y el casco histórico de la ciudad fueron destruidos en 1944.
Pero la ciudad actual ha sido reconstruida y restaurada, en algunos casos piedra por piedra, igual que antes. El paseo por la cornisa, que transcurre sobre las murallas, ofrece la mejor vista de la ciudad y de la espectacular bahía de Saint-Malo, salpicada de islas. Sobre algunas de ellas se conservan las construcciones defensivas, como los fuertes Nacional y el del Petit Bé, que convirtieron a la ciudad en inexpugnable desde el mar.

Saint Malo se encuentra en una costa conocida por la amplitud de sus mareas. Como ejemplo ver la situación del Fuerte Nacional con marea alta y con marea baja. Algo que a los criados a las orillas del Mediterráneo nos llama mucho la atención.



EL FUERTE NACIONAL


Este viaje por la costa atlántica francesa forma parte de un viaje organizado por la oficina de turismo del Oeste de Francia, que engloba a las regiones de Poitou-Charentes, Pays de la Loire y Bretaña. Coincidí con una amiga fotógrafa, Kris Ubach, que me tomó esta bonita foto de recuerdo mientras fotografiaba la ciudad amurallada de Saint Malo.


FOTO: KRIS UBACH

El próximo y último viaje de este periplo será al Mont Saint Michel.

6 comentarios:

  1. Me entran ganas de salir a hacer kilómetros y descubrir todo esto de primera mano, qué precioso reportaje Paco ¡Enhorabuena! Espero poder ver muchos más de estos ¡Un abrazo!

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  2. Qué recuerdos me traen este tipo de viajes! El último que hice de éste tipo fue a Noruega, antes de tener a Marco hace tres años. Lo mejor.., a parte de viajar y conocer nuevos sitios por supuesto, los encuentros y "desencuentros " con el grupo. Lo peor ( ahora me parece divertido), tener que hacer las fotos tan deprisa porque ya te están esperando en el autobús para salir al siguiente destino. Sobre todo si hay menos fotógrafos que plumillas. O llegar a los postres porque has estado fuera haciendo fotos, o madrugar porque no te quieres perder el amanecer...., o dejar el trípode olvidado......
    Bueno, supongo que es un viaje de prensa, no?
    Disfrutarlo, la foto de Krish es muy bonita. ¿Qué tal salió la de los niños en la playa?
    Un abrazo, vic

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  3. A pesar de que está indicado, somos muchos los "mediterraneos" a los que después de cruzar el istmo, la subida de la marea nos deja aislados en el Fuerte Nacional... a nosotros no nos pasó, pero por chiripa, decidimos dar la vuelta a la muralla primero... y al regresar la marea tenia aislados a un grupo de turistas que "mataron" 2 horitas a la espera de la bajamar. Las otras veces que hemos estado en St, Malo ya estábamos sobre aviso...

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  4. Qué recuerdos Paco. Ese viaje al Atlántico francés no se me olvidará en mucho tiempo. A ver si repetimos pronto!
    besos
    Kris Ubach

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  5. Hace un par de años, decidí hacer una viaje sola... la Bretaña francesa fue mi primera elección (aprovechando la boda de una amiga en Vitré). Visité Rennes, Mont Saint Michele, Concal (muy recomendable) y Saint Maló. Luego fui hasta Caen (Normandía) y de allí viajé hasta Liege y Bruselas (Bélgica) para acabar finalmente en París. Dos semanas en las que lo más alucinante fue, sin duda, Bretagne. Así fue como París inauguró mi lista de ciudades sobrevaloradas... (NY vino después ;)

    Me muero de ganas por ver tus fotos!!! (en facebook tengo como 5 álbumes de este viaje y en mi blog publiqué algunas de mis experiencias, que no fueron pocas...).

    MENUDA MORRIÑA ME ACABA DE ENTRAR!! ;)

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  6. Estoy de acuerdo contigo Alexia.¡Fue una estupenda elección!

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