Porrera está sólo a media hora en coche de
Mont-roig, en un precioso valle rodeado de viñedos, en el corazón de la comarca del
Priorat.
Fue un placer volver a ver a
Isabel Vilà, otro de los protagonistas de
“Vidas en calma” quién no se arrepiente para nada de haber abandonado la gran ciudad para vivir en el campo. Su casa de turismo rural
Cal Porrerà es una delicia y las vistas incomparables.
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Isabel ha emprendido nuevas reformas que estoy seguro mejorarán su negocio. Junto con su compañero Edu, tienen un pequeño huerto que cultivan de manera totalmente natural. Antes de quedarme a dormir en Porrera subimos un día Luismi, Víctor, el antiguo director de Geo David Corral, y yo. Isabel nos enseñó su huerto y nos regalo una cesta llena de verduras ecológicas que estaban buenísimas. ISABEL VILÀ Esa noche, los cuatro, nos quedamos a cenar en “El Xiringuito”, un restaurante que abre las noches de verano colocando las mesas al lado de la riera. Los precios son muy razonables y muchos de los platos, especiados y exóticos. Por ejemplo, yo tomé queso de cabra a la plancha y pollo Thai de segundo. Para beber siempre un tinto del Priorat.DE DERECHA A IZQUIERDA: LUISMI, VÍCTOR, DAVID Y PACO Para este viaje cargué con mi pequeño
trípode Gitzo que me fue muy útil para los autoretratos. de grupo Ya vistéis en algún post antiguo
mis peripecias tomando este tipo de fotos. En esta ocasión fue muy sencillo.
Estoy encantado de que Isabel conserve en un lugar destacado la imagen que le regalé sobre la vendimia en
Porrera. Fue la foto que abrió el reportaje publicado en el
Dominical del Periódico titulado
“La última vendima del siglo” tomada en octubre del año 2000.
Entre los vinos destaca
“el trosset de Porrera” que produce Eduard. Tiene todas las virtudes del Priorat y una producción limitada a ochocientas botellas.
Porrera es un lugar mágico en donde el estrés y el tiempo se detienen. Volveré pronto.
Sí que es para volver, sí.
ResponderEliminarQué buen reportaje, Paco, y casi qué envidia, son "vacaciones en calma" virtuales el paseo que nos das, no dejas detalle. Disfruta y no tengas prisa!!
ResponderEliminarHola a tod@s!
ResponderEliminarCon los tiempos que corren, es una alternativa a considerar; volvamos al rural de nuestros abuelos a comenzar una nueva vida o continuarla.
Un saludiño.
Mr. Velázquez
Es un gozo leerte y contemplar tus fotografías. Fue un placer tambien, de verdad, ver de nuevo a Isabel y Edu, probar sus olorosas y sabrosas verduras y cenar junto al río. Ya es la segunda vez que nos vemos en Porrera y...¡¡volveremos!! Gracias, Paco. Dv.
ResponderEliminarPorrera es de esas poblaciones donde el tiempo parece no transcurrir y si lo hace es de manera más apacible que en otros rincones.
ResponderEliminarEn varias ocasiones he visitado sus calles. Visitas de toda índole. De pequeño, con mi Padre y su camión cuba en busca de buenos tintos que después terminaban como en milagro bíblico multiplicándose 18.000 litros en más del doble, embotellado en Barcelona.
Más tarde, cámara y magnetofón en mano intentando descubrir los misterios de la mesa, “La tauleta”, que hablaba con leves movimientos de sus patas, previa colocación de las manos sobre ella. Entrevisté a Francesc Narro, su heredero propietario en más de una ocasión.
Hoy en día desconozco si aun sigue mostrando las habilidades de la mesa.
Porrera a pesar de todo, creo que aun mantiene esa peculiar calma que todos pretendemos encontrar. Más cerca o más lejos. Además un buen “priorato”, siempre es de agradecer.
Un abrazo
Volveré Juanjo, volveré.
ResponderEliminarGracias Eva. Disfrutaré de mis “vacaciones en calma”. Tu también, ¿eh?
Pues sí. Una alternativa a considerar Mr.Velázquez.
Gracias David. Fue un verdadero placer.
Jan, muchas gracias por tus interesantes aportaciones de una época en que sólo conocíamos al Priorat como productor de unos vinos de mesa peleones y con muy alta graduación alcohólica.
Como ha cambiado todo.¿Verdad?
No será... que nos vamos haciendo mayores?
ResponderEliminarUn abrazo
Un poco Jan, un poco.
ResponderEliminarUn abrazo.