No. La extraña pareja no la forman las dos chicas danesas que acompañan a Julio Iglesias en el vuelo desde Cerdeña a París, en primera clase-por supuesto-, y de las que os hablaré más adelante. La extraña pareja la formamos Jesús Mariñas y yo en la suite del hotel Ritz de París.
Leer el resto del artículo ...
Leer el resto del artículo ...
No siempre uno ha fotografiado lugares peligrosos, revoluciones, conflictos armados o temas solidarios. También, aunque no muy a menudo, he vivido en el corazón de la jet set acompañando a los privilegiados del planeta para publicarlo en la revista Interviú.
Rebuscando en mi archivo para ilustrar la charla que dí sobre mis andanzas con Xavier Vinader encontré la foto que os comento. Viajé con Jesús Mariñas al refugio para multimillonarios de Cala di Volpe, en Cerdeña, en donde Julio Iglesas celebró su 40 cumpleaños. Sí, hace una eternidad.
Rebuscando en mi archivo para ilustrar la charla que dí sobre mis andanzas con Xavier Vinader encontré la foto que os comento. Viajé con Jesús Mariñas al refugio para multimillonarios de Cala di Volpe, en Cerdeña, en donde Julio Iglesas celebró su 40 cumpleaños. Sí, hace una eternidad.
JULIO IGLESIAS EN CALA DI VOLPE
De allí volamos a París, donde su alcalde Jacques Chirac le entregó las llaves de la ciudad. El asistente personal de Julio Iglesias que, por entonces, era muy amigo de Mariñas, nos sacó del modesto hotel parisino en donde nos había alojado la revista y nos cedió una de las suites de invitados a su disposición en el hotel Ritz. Antes de asistir a la cena, de riguroso smoking, tomé la foto con disparador automático.
De allí volamos a París, donde su alcalde Jacques Chirac le entregó las llaves de la ciudad. El asistente personal de Julio Iglesias que, por entonces, era muy amigo de Mariñas, nos sacó del modesto hotel parisino en donde nos había alojado la revista y nos cedió una de las suites de invitados a su disposición en el hotel Ritz. Antes de asistir a la cena, de riguroso smoking, tomé la foto con disparador automático.
La estancia en Cala di Volpe no tuvo desperdicio. Julio Iglesias iba acompañado de cinco chicas: su amante ocasional, la de la derecha de la foto, y cuatro modelos contratadas en una de las mejores agencias de París. Tomé esta foto en la estación de tren camino del aeropuerto. La chica con la que estaba Julio , italiana, tenía sólo 21 añitos, pero llevaba ya un carrerón: había sido antes la amante de Adan Khashoggi, el multimillonario árabe traficante de armas residente en Marbella, y había salido desnuda en Interviú, precisamente como la amante del que, por entonces, era el hombre más rico del mundo.
"¿Os habéis fijado en sus piernas kilométricas?” comentaba siempre Julio antes de llevársela a dormir la siesta. “No puedo vivir sin hacer el amor a diario” apostillaba al levantarse de la mesa después de los cafés.
El trato era hacer sólo las fotos de la fiesta de cumpleaños-Mariñas y yo transportábamos una tarta con una portada de Interviú obra del pastelero Escribá-y de la celebración que le hacía su discográfica en París. Aunque Jesús y yo no dormíamos en Cala di Volpe, llegábamos a primera hora y nos íbamos después de cenar. Julio Iglesias solía salir a navegar con la italiana y Mariñas y yo nos quedábamos todo el día en la piscina de la suite del cantante, o en la del hotel con el resto del grupo, entre los que estaba Ramón Arcusa, del Dúo Dinámico, y las modelos.
"¿Os habéis fijado en sus piernas kilométricas?” comentaba siempre Julio antes de llevársela a dormir la siesta. “No puedo vivir sin hacer el amor a diario” apostillaba al levantarse de la mesa después de los cafés.
El trato era hacer sólo las fotos de la fiesta de cumpleaños-Mariñas y yo transportábamos una tarta con una portada de Interviú obra del pastelero Escribá-y de la celebración que le hacía su discográfica en París. Aunque Jesús y yo no dormíamos en Cala di Volpe, llegábamos a primera hora y nos íbamos después de cenar. Julio Iglesias solía salir a navegar con la italiana y Mariñas y yo nos quedábamos todo el día en la piscina de la suite del cantante, o en la del hotel con el resto del grupo, entre los que estaba Ramón Arcusa, del Dúo Dinámico, y las modelos.
EN LA TERRAZA DE LA SUITE DE JULIO IGLESIAS. FOTO: JESÚS MARIÑAS
Recuerdo a las otras chicas bastante bien, aunque he olvidado sus nombres. A la izquierda de la italiana, las dos danesas que acompañaron al cantante hasta París. Rubísimas, espectaculares y, todo hay que decirlo, bastante sositas. A continuación una francesa-Oh la la la France!- con la que hablaba bastante. Era una estudiante de arquitectura que se pagaba la carrera y sus extras haciendo de modelo. La que sostiene a Julio Iglesias-me imagino que esto también entraba en el contrato-era australiana. Yo, y todos los demás, Iglesias incluido,la encontrábamos muy parecida a Marilyn.
Recuerdo a las otras chicas bastante bien, aunque he olvidado sus nombres. A la izquierda de la italiana, las dos danesas que acompañaron al cantante hasta París. Rubísimas, espectaculares y, todo hay que decirlo, bastante sositas. A continuación una francesa-Oh la la la France!- con la que hablaba bastante. Era una estudiante de arquitectura que se pagaba la carrera y sus extras haciendo de modelo. La que sostiene a Julio Iglesias-me imagino que esto también entraba en el contrato-era australiana. Yo, y todos los demás, Iglesias incluido,la encontrábamos muy parecida a Marilyn.
Un aire lo tiene. ¿No os parece?
Si esta entrada me hubiera pillado en Madrid no sé qué barabaridades podría comentar, pero al hacerlo aquí en L´Ametlla de vacaciones y con la mujer que quiero te dire que lo del Julito me parece una vulgaridad de nuevo rico que era en aquella época, lo único que me da envidia es lo de las llaves de Paris, aunque no sé muy bien que se podrían hacer con ellas.
ResponderEliminarPor cierto, te he dedicado la última de mis ventanas, ya veras porque.
http://jofz.blogspot.com/
¡Ay de vosotros los que ardéis en concupiscencia al fotografiar a vuestras modelos!
ResponderEliminarEl predicador fotográfico.
el colegio de periodistas, que tanto habla de la transiciòn, tendrìa que subvencionar un libro de anècdotas de los primeros tiempos de INTERVIU,con toda la canallesca que publicaba fotos y textos.
ResponderEliminarserìa un best-seller, no me cabe la menor duda.
ademàs pasò por alli lo mejorcito de cada casa.
serìa la hostia, uno de los libros sobre periodismo mas divertidos de la historia.
ahì queda eso, por si alguien se anima!
y cerarr con el despido de Darìo gimenez de cisneros, porque despuès de el, el diluvio...
que tengas un buen dìa, sobrino.
lacola
golden years are gone Paco.
ResponderEliminarMe va...me va...me va...me va...yeah!!
ResponderEliminarLos anecdotarios fotográficos me encantan y en esta entrada se ve muy bien lo que más me gusta de esta profesión: Meterse en sitios en los que el acceso está prácticamente vetado.
De todas formas, casi me impresiona más lo de Mariñas que lo de Julio Iglesias. Vaya fauna.
Salud para todos.
TOOOODAS TENEMOS UN PASAAAAAAAAAAAADO!!! yo tengo fotos bailando con el ya noviembre (como yo) iglesias, en mallorca.
ResponderEliminar¡Qué tiempos aquellos! ¡Qué jóvenes y qué cantidad de pelo teníamos en la cabeza, jejejeje! Un abrazo. Muy bueno el post
ResponderEliminarAy, qué alivio de pronto al leer que la chica estudiaba Arquitectura y para pagarse la carrera hacía de modelo! Que el sambenito de universitarias que se pagan los estudios haciendo de putas, digo de modelo, ya no caiga solo sobre las estudiantes de Filología, me consuela.
ResponderEliminarPa mear y no echar gota. Coincido con Joseba, no sé qué nombre me provoca, al leerlo u al oírlo, más convulsiones epilépticas, pero en este post hay unos cuantos, así que no sé ni cómo puedo estar tecleando esto. Eso sí, disfruto de las convulsiones, que los chascarrillos son como las manzanas. Por lo menos, una al día. Y cuanto más ácida, mejor.
ResponderEliminarHola Paco!
ResponderEliminarYo estoy en Gijón, tranquilita como hacia mucho que no estaba, así que solo comentar que me encanta que nos lleves de la mano por lugares a los que no tenemos acceso. Lo reconozco, soy un poco curiosona.
Maruja, sube esas fotos al facebook, porfa ;)
Sobre Julio no opino, que las tres primeras frases que me salen, son de mala educación.
Besos
Como dice Maruja Torres todos tenemos un pasado.Que tiempos aquellos de Interviu,la mejor época la de Dario Gimenez.Sigue con las batallitas del abuelo Paco ,me molan...
ResponderEliminarPaco con esta crónica queda claro que nadie sabe el pasado que le espera...
ResponderEliminarY ¿como te libraste de que Jesus Mariñas no te llevara a su lecho?
Vaya con Julio, menudo bicho !
ResponderEliminarPaco, aunque tu tampoco estás mal en el autoretrato con Mariñas, me ha dejado totalmente fascinado este último. Impagable, no consigo salir de la semioblicua entre sus zapatos y digamos su careto... el rabillo del ojo se me va por momentos hacia la puerta del fondo para ver cuando sale Louis de Funes. Seguiré de guardia.
ResponderEliminarComo Mariñas suelte un dia la lengua, que no digo no la tenga lo suficiente, pero de verdad, como si estuviera puesto de pentotal sódico, todo en Iberia se va a convertir en Watergate. Redacciones, productoras de lo audiovisual, principados, ducados, fortunas, cuanto peligro debe esconderse detrás de ese ladino bigote..Subo esto para apostarme sobre la foto a ver si se abre la puerta y entra el punctum, la verdad con un puntito de dentera, hey, que siempre me da el vate torrefacto.
Salud y saludos.
Palabra que nunca pensé ver una foto firmada por ¿Mariñas!
ResponderEliminarA ver si ahora ve tu entrada y le da por hacer una exposición.
Amigo, entrar en tu espacio no tiene precio por las sorpresas que uno se puede encontrar.
La anécdota en si, para las memorias. (Cuando seas mayor, claro)
Un abrazo
Buf! esta entrada me ha dejado algo trastocado, tengo una estúpida sonrisa por lo cachondo de la situación, y a la vez arcadas por el insultante lujo con el que viven algunos...
ResponderEliminarLo de convivir unos dias con Mariñas merece un post aparte.
saludos!
Veo que Mariñas despierta casi más curiosidad que Julio Iglesias. Hice algún otro viaje con él en aquella época como el de Londres para estar con Plácido Domingo del que era muy amigo. Recuerdo a Mariñas como un buen compañero de viaje, con su humor ácido que me divertía. Luego he sabido de su popularidad, como la de Karmele Marchante a la también conocía mucho. Pero nada más. No he visto ni un solo capítulo de Gran Hermano ni ninguno de los llamados Salsa Rosa.
ResponderEliminarRespecto al comentario del anónimo de que nadie sabe el pasado que le espera. Sería el futuro, ¿no? En cuanto a la pregunta sobre el lecho se descalifica por si sola. He hecho cantidad de viajes con compañeras periodistas, pero veo que la situación a la que te refieres no te preocupa para nada en estos casos.
Joseba lo describe a la perfección. Lo apasionante de esta profesión es tener acceso a historias y a situaciones en que el acceso está vetado a gente como nosotros.
Y si, anónimo, the golden years are gone, pero ¿sabes qué? Que me quiten lo bailado que ha sido mucho.
Agustí, todos tenemos un pasado y seguiré con mis batallitas. Todavía me quedan muchas.
Maruja, recuerdo tus crónicas maravillosas sobre Julio Iglesias que, sino recuerdo mal, fueron de las primeras historias que publicaste en El País, y que luego se editaron en forma de libro. Como él ejercía tus dotes de seducción contigo-baile incluido- seguro que rendida a sus encantos ibas a publicar una crónica rosa. Ja, ja. ¡Pobrecillo! Aún me acuerdo de la anécdota del vino.
Querido tocayo Paco Nadal. ¡Qué tiempos y cuanto pelo! Pero diría que ni tú ni yo nos podemos quejar mucho de nuestro estado actual. ¿No crees compañero?
Jordi Busqué. Me has dado un susto de muerte hasta descubrir quién era el predicador fotográfico.
Querida Colita. Tú sabes bien la cantidad de historias y anécdotas que guardan esos años dorados de Interviú.
Ja, ja Liu. No sabía lo de Filología que, por cierto, juraría que es lo que estudiaste tú.
Javier, opino como tú. El atuendo de Mariñas es impagable. Ya recuerdo de aquella época que tenía mucho dinero, parte de él muy bien invertido, y que gastaba mucho dinero en ropa, extremada pero muy cara. A años luz de las capacidades de un fotógrafo como yo.
Jan, es verdad. En aquellos “golden years” sólo los fotógrafos llevábamos cámara. Le dejé a Mariñas mi Nikon F3 para que hiciera mi foto en la piscina de la suite de Julio Iglesias que costaba una cantidad obscena al día.
Sí, Paco, y el chiste sobre las filólogas es continuo en "Lo peor que le puede pasar a un cruasán".
ResponderEliminar