martes, 3 de abril de 2012
Sudáfrica. Parque Kruger. La noche de los leones. Segunda parte.
Acababa mi post de ayer contando que las leonas cazan en grupo. Una o dos se emboscan y el resto suelen empujar a la presa hacia ellas. Los cachorros seguían los últimos, todos caminando en contra del viento.
El ranger de nuestro vehículo, iban dos, nos dijo: “puede que estén a punto de cazar una presa. A ver si tenemos suerte. Vamos a apagar las luces y esperar en silencio”. Y así lo hizo.
Al cabo de unos cinco minutos de tensa espera contemplando el maravilloso cielo estrellado en el que destacaba la Estrella del Sur, el silencio de la noche fue roto por unos rugidos aterradores. El conductor encendió el motor y las luces y se dirigió a toda velocidad, dando tumbos, hacia el lugar de los sonidos. Esta es la primera imagen que vimos. La leona había cazado un impala y toda la manada estaba sobre la presa.
A continuación presenciamos un espectáculo aterrador. Hay que tener en cuenta que el vehículo todo terreno es abierto. Los rangers nos habían explicado y advertido a conciencia: ”Los animales de la reserva ya están acostumbrados al todoterreno y a sus ocupantes. Lo ven como un todo que no les amenaza y demasiado grande para considerarlo una presa. Pero debéis permanecer siempre sentados. Si alguien se levanta, deja de pertenecer al conjunto y se convierte en una amenaza o una presa potencial.
Ni decir que nadie se movió del asiento. Pero aún así, el espectáculo de las enormes leonas rugiendo y peleándose para obtener los mejores trozos del pobre impala a sólo un par de metros de donde estábamos sentados sin ninguna protección fue uno de los espectáculos más terroríficos a los que he asistido en mi vida.
Notas técnicas.
Utilicé una Nikon D700 con un 50 mm F: 1,8 fijo a un ISO de 3.200, en modo manual y en tipo de exposición ponderada al centro. Su estupenda resolución a ISOS altos fue fundamental. Aquí podéis ver el equipo fotográfico que me llevé en esta ocasión.
La primera fotografía es divina! Impactante, con esa luz como una puerta abierta del más allá... Se respira el ambiente; el silencio y los rugidos, hasta el aroma... acompañada de tu buena descripción... Me hace pensar metafóricamente en nuestra sociedad... Aunque prefiero no pensar...
ResponderEliminarMe quedo con la belleza de la foto, Paco, auténtica joya*
Diremos que gracias a estos tours a la intimidad de los leones con el dinero que deja esta actividad sirve para protegerlosy eva si quieres ahondar en la belleza de africa busca fotos de Adrian Steirn.
ResponderEliminarVistas están. Gracias hugo!
EliminarWow, qué pasada!
ResponderEliminarQué bueno. Qué pasada.
ResponderEliminarSí, una pasada la experiencia.
EliminarMagníficas fotos!. Y que buena la iluminación del ranger. Que bien que ibais dos y uno te podía iluminar la escena a contraluz en la 1ª foto.
ResponderEliminarEs cierto lo que si te levantas cuando estás sentado en el vehículo, las leonas lo notan. Me pasó en el Serengeti. Ibamos solos el conductor y yo en un Land River abierto y presenciamos una caza similar. Era todavía de día. Estábamos al lado de las leonas que devoraban la presa. Yo, sentado al lado del conductor, preso de la emoción y para tener mejor ángulo, me levanté de un golpe. Las leonas se dieron un gran susto, se irguieron y se me quedaron mirando. Me senté acojonado y no pasó nada. Al rato llegaron los cachorros conducidos por otra leona y luego el señor de la manada. Se retiraron y durante un rato le dejaron comer a él solo.
La iluminación de la escena a contraluz fue decisiva para esta foto, Francisco. Y buena experiencia la tuya, a veces nos olvidamos de donde estamos en realidad. Parece que en una película.Pero hay que ser muy realistas.
EliminarGuapes, tot i que la primera penso que si podria retallar la taca de llum i encara seria més maca. O així m'ho sembla.
ResponderEliminarDiversitat d'opinions Emili. Per mi el punt de llum fa que la foto sigui diferent.
EliminarLa primera la podríamos considerar un contraluz... artificial.
ResponderEliminarUn abrazo
Exacto Jan, exacto.
EliminarUn abrazo