Fideuà al estilo de Consuelo Bautista.

 FIDEUÀ

Ya he explicado en los dos capítulos anteriores todo el proceso de compra en el mercado de los ingredientes para la fideuá que hizo la fotógrafa Consuelo Bautista.  Así que, sin más preámbulos vamos con la receta. Por desgracia, muchas veces los buenos cocineros como Consuelo, y en esto me recuerda a mi madre que por cierto se llama igual, no contabilizan los tiempos: lo hacen a ojo, por lo que los daré también de forma aproximada. Sobre lo de los rabos de las cebollas que yo suelo tirar, Consuelo los guarda para cosas como esta y me dio un lección importante al repetir varias veces: ¡En esta casa no se tira nada!

INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS

Para el caldo.

Una chirivía

4 zanahorias

3 rabos de cebollas tiernas

Apio

Morralla de pescado

Una cabeza de rape partida por la mitad

Un cangrejo

Espinas de pescado

Para la fideuá

250 gr de pasta para fideuá (fideos cortos)

2 cananas (calamar mediterráneo) limpias y troceadas

Un ajo troceado

Un tomate rallado

Un par de gambas

Un par de mejillones

Aceite de oliva

Sal

 LA FIDEUÀ CASI A PUNTO

En una paellera doramos el ajo en muy poco aceite. A continuación el tomate rallado. Añadimos las cananas limpias y troceadas. Cuando estén, añadimos los fideos removemos durante un par de minutos para que se impregnen del sabor del ajo y las cananas, y a continuación echamos el caldo hasta cubrir los fideos. El secreto de una buena fideuá está en el caldo y, como os podréis imaginar, con los ingredientes que echó, mejor no podía estar. Una vez está el agua hirviendo, tras una media hora aproximada ya tenemos el caldo listo. La fideuá estará a punto cuando el líquido haya desaparecido y los fideos apunten hacia arriba. 5 minutos antes, cuando todavía quedaba caldo, Consuelo le echó un par de gambas y dos mejillones que reservó del aperitivo, es decir: ya hechas, a la plancha las gambas y al vapor los mejillones.

Acompañamos la fideuá con el vino blanco que había traido, un Chardonnay del Valle del Cinca. En Cataluña solemos hacer un all i oli para mezclar con la fideuá. Consuelo no lo hizo, creo que porque estaba tan bueno que habría disfrazado un poco su estupendo sabor. Después tomamos café y té respectivamente. Me despedí y vi que ya eran… ¡Las siete de la tarde! Y habíamos comenzado todo el proceso con la compra en el mercado a la una del mediodía, o sea que en cierta manera la comida había durado unas seis horas.

No es que se pueda hacer muy a menudo, pero resultó una experiencia fantástica. ¡Mil gracias Consuelito!