Problemas técnicos con los que uno se puede encontrar al fotografiar un eclipse de luna.

El pasado miercoles, 15 de junio, hubo un eclipse total de luna en Barcelona. Estaba previsto que durara dos horas, de 22h a 24h. Por lo que armado de cámara y trípode subí a Collserola, a un lugar que conozco desde el que hay una estupenda vista sobre Barcelona. Fui con unos amigos y llevamos unas mantas, cervezas, patas, aceitunas rellenas y alguna cosilla más para disfrutar del espectáculo. Al final las fotos salieron bien pero tuve algunos problemas que os explico ahora.

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Cuando disparo con trípode a velocidades lentas suelo utilizar el disparador retardado programado al mínimo, 2 segundos. Aunque acceder a él es un poco complicado en las Nikon exceptuando una de los últimos modelos que he probado, la Nikon D3100 que lo tiene mediante una palanca externa. Así que decidí utilizar un disparador de cable que tengo para la Nikon D80 y en cambio no para la D90 (Esas cosas que hacen los fabricantes para que nos gastemos más dinero comprando un cable disparador para cada modelo). Me llevé la D80 y el cable disparador.

Primer problema. El cable disparador no funcionaba.
Primer error mío. Hacía tiempo que no lo utilizaba y SIEMPRE hay que comprobar el funcionamiento del material antes de un trabajo. Plan B, disparador retardado.

Segundo problema. No veía nada.
Segundo error. En las clases que doy, cuando hablo de fotografía nocturna SIEMPRE explico que uno de los accesorios más importantes que hay que llevar es una pequeña linterna que, por supuesto,me había olvidado. Claro que también explico que otro de los accesorios más importantes para un fotógrafo de reportaje es un buen calzado y ya vistéis lo que me pasó en Asturias. Suerte que estaba Natàlia, la de los ‘brackets de la princesa Letizia’ que me hizo de asistente y me iluminó con la luz de su teléfono móvil. El resto de la expedición, formado por Marisol y Alberto Soulier, no se levantó de la manta y siguieron bebiendo cervezas y comiendo patatas, olivas y mejillones en salsa. Pronto les llegaría su merecido castigo.

Tercer problema. En el momento del eclipse total no se veía la luna.
Aunque el pronóstico era de cielo despejado, y así lo parecía, no se veía la luna. Me perdí toda la primera fase del eclipse. Por suerte, aunque muy tenuemente, la luna empezó a aparecer al cabo de una hora. Esa falta de visibilidad, al estar la luna más baja se debía a la contaminación lumínica de Barcelona como podéis ver en las fotos que tomó Jordi Busqué con quién tengo una reñida competición en Google. Si queréis verla teclear Eclipse de luna Barcelona.


Cuarto problema. La luna me quedaba desenfocada.
La luna estaba en la fase oscura, hice las primeras fotos y comprobé aumentado la imagen en el visor que estaba desenfocada. Hice varias pruebas y lo mismo. Al cabo de un rato me dije, ¿no será que está movida en vez de desenfocada? Era eso. Estaba disparando al ISO más bajo posible, algo recomendable cuando disparas con la cámara en un trípode, pero la luna se mueve y mi exposición de diez segundos era demasiado lenta. Fijaros que la estrella también se ve movida. Estaba disparando a 10 segundos de exposición. 

Subí el ISO a 800 ASA, abrí el diafragma de mi tele de 300 mm al máximo y como ya la luna empezaba a recibir más luz solar pude disparar a medio segundo (foto del inicio del post). Suficiente.
 Luego la luz fue aumentando y hacia el final del eclipse la velocidad de obturación ya era de 1/640. Podría haber disparado a pulso.

Quinto problema. Aparece un grupo de jabalíes.
Para las fotos no fue realmente un problema aunque no me aparté del trípode ni de la cámara. Pero si para las patatas, las olivas y sobre todo para los mejillones en salsa. Se lo zamparon todo. Aquí si que Marisol ‘se ganó el sueldo’ (le encantan los bichos, incluso acarició a los jabatos) y retiró toda la comida que pudo. Fijaros en la cara de circunstancias de Natàlia, la de la manta azul, y de que Alberto estaba ‘missing’. Bueno, si os fijáis en la primera foto es el que aguanta la bolsa con los restos de la comida y cervezas salvados, porque los ‘angelitos’ trituraron también unas cuantas latas de cerveza.
 Como veréis el que la mayoría de las cámaras, como en este caso la Nikon D80, lleven un pequeño flash incorporado sobre el pentaprisma fue vital.

Son los algunos de los peligros con los que nos enfrentamos los ‘arriesgados fotógrafos’. Por suerte las fotos del eclipse quedaron bastante decentes.