A diferencia de la foto de las sombras que tomé el otro día, esta es claramente una foto de cazador. Ya he explicado que desde mi ventana, veo a lo lejos la sierra de Collserola en donde están el templo del Tibidabo y la torre de comunicaciones de Sir Norman Foster. El 99% de las veces no hay nada interesante que fotografíar. Pero en ese 1% está la magia de la fotografía. Me acabo de levantar y veo algo inusual: la combinación de la nube y como la ilumina un sol rojizo que debe de estar justo apareciendo por encima del Mediterráneo. Me levanto como un rayo y tomo la escopeta, en este caso la Nikon D90 y el tele de 180 mm f: 2,8. ¡Bingo! Alcanzo a tomar unas pocas fotos antes de que la magia se desvanezca. Y luego, una media hora más tarde, la imagen ha cambiado por completo. Cambio el fusil por uno de mira telescópica, el 300 mm ,y vuelvo a disparar. Dos piezas en media horita. No está mal.
A quien madruga Dios le ayuda , la misma foto horas despues no seria nada interesante , el tono rojizo de los edificios no sale en el PANTONE ni en Photoshop
ResponderEliminarpaquito, cada dìa estàs mas Wagneriano!
ResponderEliminarEl colmo de un cazador es cazar conejos desde la cama.
ResponderEliminarEse 1% hay que verlo amigo. Hay que verlo.
¿El disparo con el 300 esta recuadrada?
Un abrazo
Tu ventana es mágica, compañero. ¿O será tu ojo? Más bien me inclino por lo segundo. Un abrazo de tocayo (a ver cuando coincidimos en algún viaje!!)
ResponderEliminarEfectivamente: esos atardeceres o amaneceres son mágicos pero solo duran unos minutos por lo que la pistola debe de estar siempre cargada...
ResponderEliminarMaribel
Ahí es nada, dos piezas en media hora y sin quitarte el albornoz ;)
ResponderEliminarAhí se nota un profesional, hoy lo comentabamos con un amigo a la vuelta de una expo.
Un abrazo y feliz domingo :)
Lluis, tienes bastante razón. Si hiciera un análisis, la mayoría de las fotos desde mi ventana están hechas o a primera hora del día o al anochecer.Horas en que las luces marcan la diferencia.
ResponderEliminarDebes de tener razón Colita.¿Por qué será que mientras fotografío la torre resuenan en mi cabeza los compases del Anillo de los Nibelungos?
Jan, no hay como tener ojo de fotógrafo como tu tienes. En efecto, la segunda foto tomada con el 300 mm está reencuadrada. A groso modo correspondería a un 500 mm.
Sí Maribel hay que ir muy rápido. Por suerte, a diferencia de las cámaras analógicas, las digitales están siempre cargadas.
Bueno Nati, más bien una camiseta y unos calzoncillos (samarreta i calçotets) pero si me quieres imaginar fotografiando desde la cama embutido en un elegante albornoz blanco¡Adelante!
¡Feliz domingo!
Hola tocayo, espero esa coincidencia. Aunque también espero que no sea dentro de una barrica de roble llena de vino de Rioja.
Un abrazo.