En el verano de 2005 fui a Inglaterra en compañía del periodista John Wilkinson para el Magazine de la Vanguardia. Era ya el tercer capítulo sobre “Escenarios de películas” que propuse al director dos años antes. Empecé con Irlanda, seguí con Escocia y este verano ya tocaba Inglaterra. También conseguí la financiación de los viajes gracias a Visit Britain con el compromiso de publicar después las historias en el Magazine.
En la lista de películas programadas estaba “La mujer del teniente francés” que interpretan Meryl Streep y Jeremy Irons. La película fue filmada en Lyme Regis, en Dorset, al sur de Inglaterra, y hay una escena muy visual que había quedado grabada en mi mente y que ocurre sobre un espigón azotado por una tormenta.
Teníamos un programa muy apretado, con los hoteles reservados y el vuelo de vuelta cerrado y sólo podíamos dedicar un día a Lyme Regis, al atardecer habíamos de partir hacia nuestro siguiente escenario de otra película. No había ninguna tormenta, ni olas, azotando el espigón construido en el siglo XIII y que allí conocen como “The Cobb”, pero me esperaba una sorpresa desagradable que ocurre muchas veces y entra en el trabajo del fotógrafo profesional el encontrar soluciones visuales: el espigón estaba en obras y la parte final, la que se adentraba hacia el mar cerrado al público.
En la lista de películas programadas estaba “La mujer del teniente francés” que interpretan Meryl Streep y Jeremy Irons. La película fue filmada en Lyme Regis, en Dorset, al sur de Inglaterra, y hay una escena muy visual que había quedado grabada en mi mente y que ocurre sobre un espigón azotado por una tormenta.
Teníamos un programa muy apretado, con los hoteles reservados y el vuelo de vuelta cerrado y sólo podíamos dedicar un día a Lyme Regis, al atardecer habíamos de partir hacia nuestro siguiente escenario de otra película. No había ninguna tormenta, ni olas, azotando el espigón construido en el siglo XIII y que allí conocen como “The Cobb”, pero me esperaba una sorpresa desagradable que ocurre muchas veces y entra en el trabajo del fotógrafo profesional el encontrar soluciones visuales: el espigón estaba en obras y la parte final, la que se adentraba hacia el mar cerrado al público.
Dí vueltas y vueltas, esperé a la luz de la tarde, y aquí os enseño algunas de las soluciones que encontré.
Incluso alguna parece la parte final del espigón, aunque es sólo un efecto óptico. Al final elegí la que abre este post.
Quina gran serie Paco!!!!
ResponderEliminarDesde luego vaya magna obra para haber estado construida en el siglo XIII, espero que no constryan un hotel vela en la punta.
ResponderEliminarGràcies David!
ResponderEliminarLluis, no creo. Las barbaridades las solemos hacer en nuestras costass, a donde luego acuden los ingleses, por cierto.
Buena película dirigida por Karel Reisz, perteneciente al free cinema y que tiene un gran libro sobre cine, La técnica del montaje cinematográfico, absolutamente recomendable para los practicantes de la foto fija sin movimiento.
ResponderEliminarCostas tan puteadas como las ibéricas difícil encontrar.
Salud y saludos.