Sudáfrica. Parque Kruger. La noche de los leones. Primera parte.

A lo largo de mi carrera he tenido  vivencias increibles que he guardado por medio de  fotos. Algunos encuentros y conversaciones me las recuerdan y puedo continuar compartiéndolas en estas páginas, a mi aire, sin imposiciones ni restricciones.

Coincidiendo con la presentación del libro “Crónicas de un nómada” de Francisco López-Seivane, recordamos haber vivido una de las experiencias más intensas de nuestras carreras. Como explico en el titular, ocurrió en Sudáfrica hace muy pocos años, aunque para ser exactos no en el parque Kruger sino en una reserva, Lion Sands, en sus aledaños.

Salimos en un vehículo todo terreno al anochecer y tuvimos el privilegio de ver una de esas puestas de sol africanas maravillosas.

 Tras circular durante una hora nos topamos con una pareja de cachorros de león caminando silenciosamente en fila india. Eran parte de la manada de Lion Sands, compuesta por un macho, varias hembras y sus cachorros ya bastante creciditos. “Estamos de suerte. Es  muy raro poderlo ver . Van de caza” nos dijo el ranger.

 Las leonas cazan en grupo. Una o dos se emboscan y el resto suelen dirigir a la presa hacia ellas. Los cachorros seguían los últimos, todos caminando en contra del viento.

El ranger de nuestro vehículo, iban dos, nos dijo: “puede que estén a punto de cazar una presa. A ver si tenemos suerte. Vamos a apagar las luces y esperar en silencio”. Y así lo hizo. ¿Qué ocurrió?

Mañana os lo cuento.