La familia de Fiona siguiendo la camilla hasta el quirófano
Cuando me dijeron que me habían de volver a operar, ví muy claro que sería difícil seguir con el proyecto del carrer Montcada. Y caminando por los pasillos de Can Ruti, el tema del proyecto de final de curso se me presentó como una evidencia. Can Ruti, mi querido Can Ruti, el pijama azul, los pasillos, las agujas, las pastillas, las enfermeras, las horas de espera. Plasmar este momento de mi vida era muy importante.
Los humanos somos tan cobardes que a la primera de cambio retrocedemos.
Observando los comentarios a mi alrededor, parece que la gente no tenga ganas de luchar por la vida y que no sabe apreciar la felicidad que se le presenta.
No se trata de preguntarse si uno tiene la suerte de ser feliz sino mirar hacia la dirección correcta, y hacerlo con paciencia y confianza.
El mundo es tan grande, y está lleno de historias como la mía. Aquél que ha perdido a un familiar, a un amigo, a un hijo. Aquél que ha tenido un accidente de coche. Aquél que añora a la mujer que le ha dejado. Aquél que es ciego… Yo hace cinco años que convivo con mi enfermedad y tengo ganas de explicaros las lecciones que he aprendido, como ha cambiado mi manera de mirar la vida. Sobre todo en este último año. Siento que tengo ganas de vivir la vida. Observo el día a día con paz y tranquilidad y todo me es más fácil. Este día a día es lo que tenemos. La vida es luchar continuamente, no pararse nunca. Tienes derecho a enfadarte con el mundo algún día, pero no dejes de ser positivo. Es sencillo. Es gratificante.
Estar en paz y tranquilidad, primero contigo misma y después con los otros. Por desgracia, todo el mundo va con tanta prisa por la calle y por la vida que ni tan sólo se plantean dedicarse un rato para ellos mismos.
Medita. Escucha una canción, dos…Lee un capítulo de un libro. Date un baño. Hazte un regalo cada día. Escúchate.
FOTO: MARIE-PIERRE DURAND
¡La vida es una mierda! Claro que más de una vez me he rebelado contra la vida. Tantas horas de hospital, tanta incerteza, tanta pérdida de tiempo. Alguna vez he pensado que sería más fácil morirme. Tengo todo el derecho del mundo a quejarme, cuando me quejo. Pero muy dentro de mí, pienso que esta reacción es aceptable si está de paso. Es importante que no se instale en tí. Es necesario expulsar la rabia para después quedarte relajado y volver a agarrarte otra vez a la vida alegre y positiva que has querido tener.
Un último consejo. Si tienes la suerte de tener a tu alrededor gente que te quiere y que se preocupa por ti, no seas tan orgulloso y pide ayuda. Deja que te mimen. Eso te dará felicidad y fortaleza. Yo siempre he sido una persona orgullosa y tozuda, y he fingido que era capaz de salir adelante yo sola. Hay que ver la de momentos que he solucionado sola, pero ni de lejos habría salido adelante, ni sé si aún estaría aquí sino fuera por mi familia, por mis amigos y por mis conocidos. La amistad unida al amor, es tan necesaria, genera tanta fuerza. Sé muy bien que mucha gente me quiere. No paso ni un solo día sin que reciba energía positiva de alguien. Muchos me dicen que soy yo la que os envío energía positiva, pero no es del todo correcto. Vosotros dais, yo recibo. Yo doy, vosotros recibís. Estamos unidos. La vida es un intercambio.
Ahora tengo ganas de deciros: Vuestro amor es mi esperanza. El amor que siento por vosotros es infinito. Vuestra sonrisa es mi sonrisa. Gracias a vosotros me he hecho más fuerte. Me habéis hecho creer que soy capaz de todo y de más si me lo propongo.
¡Os quiero!
La vida es una lucha continua.
No te has de parar por muy cansada que estés.
No has de perder la esperanza por muy harta que estés.
El mundo está lleno de problemas y es que la vida es dura.
No pierdas la esperanza, tú eres fuerte, lo sabes.
Sería una pena detenerse a medio camino.
Continúa luchando.
Algún día sé que llegaremos, lo conseguiremos.
La vida es bella.